El crédito de Vilda
A Jorge Vilda le queda crédito de sobra, al igual que a nuestra selección femenina de fútbol. Tanto el seleccionador como las jugadoras han demostrado que no tienen techo y que esto solo puede ir a más. Su papel en este Mundial de Francia ha sido el gran reflejo de años de trabajo, mucho trabajo.
España tuvo que, después de conseguir igualar a la mejor selección del mundo, e incluso anularla en algunos compases, hacer las maletas tras dar un paso gigante en el fútbol femenino mundial. Ya mira de frente a las grandes potencias del fútbol femenino, lo hizo también ante Alemania, y se establece como favorita a todo en el futuro.
Y todo eso tiene a un máximo exponente detrás: Jorge Vilda. El técnico madrileño ha creado una familia, está con sus jugadoras y da la cara hasta cuando el equipo no ha lucido su mejor versión. Él es uno más y ellas lo sienten así.
Jorge reconstruyó un equipo roto después del Mundial de Canadá de 2015. A sus 37 años, ha sido el técnico más joven del campeonato y suma ya cuatro años al cargo de la selección. Llegó avalado por el subcampeonato conseguido con la sub 19 y a base de trabajo consiguió llegar hasta cuartos de la Eurocopa de 2017 y firmar una clasificación impoluta para el Mundial.
Ya en tierras francesas ha demostrado que está a la altura de las circunstancias, que es el que mejor puede llevar el timón de la selección en todo lo bueno que está por llegar. Su propuesta ha sido valiente, ha ido cambiando al equipo y el esquema en función del rival. También ha agotado casi todas sus opciones, ha utilizado a 19 jugadoras de las 23 convocadas.
La gestión del equipo no ha podido ser mejor. Ha cambiado los planteamientos iniciales y ha buscado la verticalidad. Y Rubiales parece que lo tiene bastante claro: "Jorge es el mejor y va a seguir". Jorge se ha ganado a pulso su continuidad.
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