Envidia con aroma 'oranje'

Envidia es lo que me hace sentir la selección femenina de Holanda. Y no solo porque haya conseguido llegar a la final de la Copa del Mundo en Francia. Esa soñada final que el próximo 7 de julio se disputará en Lyon. También por el gran seguimiento y apoyo que recibe de los miles de aficionados que se desplazan en cada partido.

Las jugadoras holandesas se han convertido en la gran referencia del fútbol femenino en Europa. Han conseguido hacer historia en dos participaciones mundialistas. Y en la segunda han llegado hasta una final. ¿Quién no envidia algo así?

Y su afición tampoco se queda atrás. Da igual que la ciudad se llame Reims o Lyon, o que las entradas se hayan agotado para el partido. En todas las ciudades donde juegue la selección holandesa habrá un denominador común: cientos de camisetas naranjas paseando por sus calles. Los hoteles, los bares, las tiendas... respiran el aroma oranje.

Desde que ganara la Eurocopa en 2017, las jugadoras de Sarina Wiegman han despertado un seguimiento sin igual del equipo. El país entero está volcado con sus jugadoras, facilitado en parte por la aproximación del país a tierras galas, como ninguna otra afición. Ya en el partido ante Camerún, disputado en el estadio du Hainaut de Valenciennes, llenaron las gradas con más 10.000 aficionados. Y en la previa, los seguidores oranje fueron los grandes protagonistas formando una gran marea naranja animando al ritmo de la música.

También en la Fan Experience de la FIFA en Reims había una gran cantidad de aficionados disfrutando de las horas previas al encuentro ante Canadá. Más de lo mismo en cuartos de final en Valenciennes y en las semifinales en Lyon.

Y seguro que volverán a estar junto a su selección femenina dentro de cuatro días en la ciudad lionesa. Disfrutando del fútbol de sus jugadoras, de un pase histórico y con un seguimiento envidiable. Ellas han cumplido con su parte, en su segunda participación mundialista han conseguido llegar hasta la final, y seguro que la afición volverá hasta a la altura que ellas merecen.