España supera sus miedos pero no puede con Cristiano
España no ha podido sacar adelante el primer gran partido del Mundial, un pleito en el que ha demostrado, al mismo tiempo, muchas fortalezas y otras tantas debilidades. Atesoró tanta calidad arriba como debilidad abajo, tanto miedo en su portero como valentía en el resto del equipo, tanta personalidad, corazón, garra y ganas de hacer bien las cosas, como miedos al final del choque. Y, sobre todo demostró que hay gol, pero que el portero no está fino, una sensación rara. De Gea las pasó canutas y nadie pudo parar a Cristiano Ronaldo, que con un Hat trick espectacular fue lo único, pero mucho, que opuso Portugal a la evidente superioridad técnica hispana.
El primer problema llegó muy pronto. Apenas se habían jugado tres minutos cuando Cristiano Ronaldo encaró a Nacho en la parte izquierda del área y cayó cuando sintió el contacto de su compañero en el Real Madrid. Penalti 'light' y lanzamiento inapelable a la red engañando a De Gea. El Mundial empezaba mal, pero España se levantaría. Antes, Portugal seguía haciendo daño a la contra, aprovechando el juego de espaldas de Cristiano y la velocidad de Guedes, amenazando con ampliar el marcador.
Tardaron 15 minutos en enterarse del partido los de Hierro, pero a partir de ahí fueron mejores. Isco e Iniesta empezaban a conectar por la izquierda generando superioridades y Portugal sufría, hasta que en el 23' Diego Costa le ganaba la partida a Pepe en un duelo aéreo, recortaba dos veces ante Fonte y marcaba de tiro raso pegado al palo derecho de Rui Patricio. Gol 'made in' Costa y nuevo partido que empezaba con un espectacular disparo al larguero de Isco y con España mandona, rozando el 70 por ciento de posesión y generando peligro.
Pudo marcar Iniesta, y después lo intentó Isco, pero llegó el fallo de De Gea, otro más, cuando mejor estaba España, como en Villarreal, como con el United ante el Sevilla, como muchas veces en los últimos meses. Cristiano, el mejor del partido, se sacaba un disparo rápido y duro al centro y el meta español colacaba mal las manos, en un gesto poco académico, para dejar entrar la pelota en su marco. Al filo del descanso, Portugal ganaba 1-2 después de dominar España más tiempo, y las dudas asomaban en los rostros de los de Hierro.
Tuvieron que pasar nueve minutos del segundo tiempo para que pasase algo: España tocaba y tocaba y avanzaba lentamente hasta que provocó una falta a 25 metros del área lusa y hacía funcionar la pizarra: Balón de Silva al palo largo, toque de Busquets de cabeza y gol de Costa a un metro de la portería rival. Otra vez se había logrado empatar y, sin casi sin tiempo para acabar de celebrarlo, la maravilla de Nacho, que se resarcía del penalti concedido en el primer tiempo para marcar uno de esos golazos con los que sueñan todos, enganchando la pelota desde la frontal como le venía, botando, colocando el cuerpo perfecto, al palo largo, inalcanzable para Rui Patricio. En menos de un cuarto de hora, España le había dado la vuelta a la tortilla.
A partir de ahí, Portugal se veía obligada a hacer lo que no que no le gusta, atacar sin espacios, dominar a una selección superior técnicamente y capaz de dominar un partido tiránicamente cuando las piernas del rival empiezan a fallar. Y claro, las piernas de los portugueses ya no daban para tanto como en el primer tiempo. Cristiano ya no era el súper hombre de los primeros 45 minutos y sólo les quedaba el recurso, visto lo visto no tan malo, de probar a De Gea desde muy lejos, que ya se encargaría él de liarse solito. Quizás sea un problema que no tenga competencia en el puesto...
Pero lograron empatar los portugueses cuando peor estaban. Otra vez, quién si no, Ronaldo, el hombre del partido, que provocó una falta en la frontal del área para encargarse él mismo de meterla en la escuadra, esta vez imposible para el portero, cerrando una exhibición que le convierte en el primer gran protagonista del Mundial, aprieta el grupo, sitúa a Irán como sorprendente líder de la clasficación y genera dudas en España. Nadie dijo que sería un camino de rosas.