Messi y Rojo, honor y arrebato
Moscú, 27 jun .- Argentina sabe que, cuando no alcanza el fútbol y asoman las dudas, puede creer en la algarada de Leo Messi y otros 22 muchachos dispuestos a defender la honorabilidad de la "generación de los históricos", la de los Higuaín, Mascherano, Rojo, Agüero o Di María.
Ellos fueron los que compitieron las finales del Mundial de 2014, la Copa América de 2015 y su edición centenario, disputada en Estados Unidos en 2016. Con ellos y con la sensación de que aún pueden vengar esas tres grandes decepciones, la Albiceleste ratificó su continuidad en el Mundial de Rusia cuando se intuía su despedida y caía el ocaso, tras el empate (1-1) ante la selección de Islandia y la derrota (3-0) ante la de Croacia.
Urgido el equipo celeste y blanco por su delicada situación en el Grupo D, jugadores y cuerpo técnico consensuaron un 'once' plagado de certezas para medirse a Nigeria, a la que sometieron por 2-1.
La experiencia fue el antídoto a la emergencia.
El debutante Franco Armani (31 años), Gabriel Mercado (31), Nicolás Otamendi (30), Marcos Rojo (28), Nicolás Tagliafico (25), Javier Mascherano (34), Enzo Pérez (32), Ever Banega (29), Ángel Di María (30), Leo Messi (31) y Gonzalo Higuaín (30) jugaron en el arranque "de un nuevo Mundial", a cinco finales, con la única exigencia "de dejar hasta la última gota de transpiración".
"No tenemos ninguna otra alternativa. Estoy seguro de que van a ver la mejor Argentina en este Mundial", predijo Jorge Sampaoli en la rueda de prensa previa al choque de San Petersburgo.
Gracias al honor de Leo Messi y al arrebato final de Marcos Rojo, los sueños de la hinchada austral permanecen intactos.
Si los internacionales se amotinaron contra su eliminación fue, en parte, por preservar su propio renombre -"somos los vigentes subcampeones del mundo y en algún momento lo tendremos que demostrar", remarcó Mascherano- pero, también, para agradecer el ánimo y la fe "de los que nunca fallan".
"Agradezco a dios por esta alegría y les agradezco a ustedes por esa locura hermosa que tienen en cada partido. Nada más lindo que ser argentino, en las buenas y en las malas", convino Messi.
El '10' es el líder de "los históricos", de un grupo que sobrevivió a la imparable degradación institucional del fútbol argentino y al incesante vaivén de técnicos. "Ocho en los diez últimos años", recordó el Jefecito.
"Muchas veces, no pocas, pasa que un título o un campeonato termina escondiendo situaciones que son irreversibles", se sumó desde Atlanta el exseleccionador Gerardo Martino, tan deseoso de que "a la Argentina le vaya bien" como de que después del Mundial de Rusia "también haya convicción, si es que hay algo que cambiar desde lo institucional o la conducción de la AFA". "Que no se escuden detrás de un resultado deportivo", pidió.
A eso vuelven a aferrarse, sin embargo, 44 millones de compatriotas, siempre ilusionados cuando juega la selección, aun cuando en los medios se recrudece la crítica.
"Yo creo firmemente en la calidad de los jugadores; en el liderazgo de Messi, que se va a hacer evidente; en la sabiduría del cuerpo técnico, que estoy seguro de que va aparecer. Los dos partidos anteriores van a servir como base para el proyecto deportivo de la selección. Les tengo mucha fe, al cuerpo técnico y a los jugadores, y estoy muy ilusionado con que a partir de ahora empiece lo mejor de nuestros jugadores", valoró Marcelo Bielsa en su primera comparecencia como entrenador del Leeds.
A esta Argentina puede no alcanzarle el juego pero, con un Messi liberado de la angustia, promete un último arrebato.
"Estábamos al límite", reconoció Mascherano. "Y lo hemos ido a buscar con poca claridad, con poco fútbol, pero con muchas ganas, las de seguir estando en esta competición y por suerte nos dio la posibilidad el fútbol de seguir", se felicitó.
"Nos merecíamos esta alegría de seguir en el Mundial", expresó Gonzalo Higuaín, titular en detrimento de Sergio Agüero.
"Nosotros controlamos todo el primer tiempo, teníamos la pelota, intentábamos crear más allá del gol. Esperábamos tener un partido similar en el segundo tiempo. Nos cobraron el penal y el empate lo complicó todo. Te entra la ansiedad, el nerviosismo, el tiempo pasa más rápido. Te aceleras, dejas de pensar. Pero sabíamos que lo íbamos a hacer, aunque no pensábamos sufrir tanto. Estábamos confiados en que lo íbamos a hacer", cerró Messi.
Con un notable refuerzo anímico, el bloque apunta ya a su compromiso de octavos de final ante la escuadra francesa.
"Es una selección muy completa, con jugadores de primer nivel", analizó el atacante del Barcelona. "Arriba tiene jugadores muy rápidos, que marcan la mucho la diferencia y atrás tengo compañeros que conozco muy bien. Sé muy bien la selección que nos espera. Va a ser muy complicado", advirtió.
En esa presumible dificultad, Argentina confía en el Messi de Grandoli: el que levitó para domar con el muslo el envío de Ever Banega; el que de nuevo en el aire se acomodó el disparo; y el que gritó gol con su botín derecho, el menos bueno. Como el del también zurdo Rojo, en una Argentina que persiguió un nuevo desafío.