El oro de Moscú
Han pasado diez años y cuatro días desde la última vez que España y Rusia se midieron en un partido oficial. Aquella noche, en Viena, la selección española entrenada por Luis Aragonés sublimó el fútbol firmando una de las mejores actuaciones de la historia, ganando 3-0 y alcanzando la final en la que posteriormente se impondría a Alemania. Era el inicio del mejor ciclo de la historia. Desde entonces, España ha ganado dos Eurocopas y un Mundial, mientras que Rusia ha malvivido firmando actuaciones mediocres en todos los grandes torneos. Perdieron aquel día su mejor oportunidad en muchos años.
Ahora, Rusia empieza a despertarse de la mano de una afición lanzada y gracias a las bondades de un grupo de clasificación que le ha permitido convertirse en la selección más goleadora de la primera fase, mientras que España está sumida en las dudas generadas por su propia implosión a nivel de vestuario tras la salida de Lopetegui. España, simplemente, sólo ha jugado bien dos ratitos contra Portugal e Irán y ha conseguido la primera plaza del grupo gracias a un milagro que difícilmente se va a volver a repetir.
Cabe esperar que el núcleo duro del equipo, capitaneado por Sergio Ramos, decida autogestionarse con más éxito que hasta el momento. Piqué, Busquets, Silva y el propio capitán tienen, en primer lugar, que ofrecer un rendimiento mucho mayor, y en segundo término, tirar de un grupo distraído. España ha demostrado hasta la fecha más miedo que ilusión, mucho menos nivel del esperado y estar a años luz de su mejor versión, aquella con la que arrasó a Italia en la fase de clasificación, jugó un gran partido en Alemania y humilló a Argentina. España necesita que se haga luz, recuperar todas esas sensaciones positivas y empezar a asustar, Rusia mediante, para afrontar lo que llegue después con plenas garantías. Asaltar este domingo Moscú sería un paso decisivo en las aspariciones españolas de obtener otro cetro mundial.
Hierro tiene toda la tropa a su disposición, un equipo con muchas dudas futbolísticas generadas y, en el lado positivo, un margen de crecimiento enorme tanto por parte de los jugadores como a nivel personal. Aún falta mano de entrenador tanto en la previa como en la gestión de los partidos y está por ver si el malagueño decide seguir gestionando el equipo apostando por la misma base de jugadores o dar entrada a algunos de los que se postularon como titulares durante la semana. Un día más, Koke cuenta con muchas opciones de estar en el equipo, quizás en el lugar de Thiago,mientras que Asensio y Aspas siguen en los tacos de salida para sustituir a Silva y Diego Costa.
Por su parte, el combinado ruso cuenta con la baja del lateral derecho Smolnikov, por acumulación de amarillas, y 'recupera' a Dzyuba para su causa. El potente delantero ha estado tocado en los días previos. Los de Cherchesov querrán agradar a Putin, a los 80.000 rusos que poblarán las gradas del imponente Luzhniki, a sus restantes 144 millones de habitantes y, ya puestos, hasta a Felipe VI, que también va a estar en el partido. España tendrá que vencerles a todos ellos, a las adversas condiciones climatológicas que se esperan a la hora del partido y a la historia: Jamás le ganó a un anfitrión en un gran torneo. Ya va siendo hora...