Pep Guardiola no se explica la polémica del Wolves-Manchester City: "Claro que no lo entendí"
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El City ganó con un tanto de Stones en el 95' validado por el VAR
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Pep Guardiola no se explica que el árbitro lo revisase
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El Manchester City se llevó una sufrida victoria de su visita al Wolverhampton en un partido en el que tuvieron que remontar y que no se llevaron hasta el último minuto, con un tanto de John Stones. Un gol que el colegiado Chris Kavanagh dio por válido después de la revisión en el VAR aunque el entrenador visitante, Pep Guardiola, en ningún momento vio la polémica para anularlo.
El técnico de Santpedor, aún con su futuro en el aire, se quejó de la tardanza en conceder el tanto del central inglés que significaba el definitivo 1-2 en el marcador del Molineux Stadium. No había dudas en el remate de Stones pero sí en la posición de Bernardo Silva, en fuera de juego posicional delante de Sá, aunque el portugués se agachó y no se entrometía en la visión del balón del meta portugués.
La jugada en la que los Wolves pedían fuera de juego de Bernardo Silva y un toque del portugués al portero.
Así fue el gol de la victoria del Manchester City que el árbitro dio por válido tras ratificarlo en el VAR 📺#PremierLeagueDAZN ⚽️🏴 pic.twitter.com/Nx1ZBNBJyV
— DAZN España (@DAZN_ES) October 20, 2024
"No entendí el fuera de juego, claro que no. No sé por qué el juez de línea lo anuló porque Bernardo no estaba molestando nada. En el fútbol moderno los jugadores molestan a los porteros y se puede pitar fuera de juego, pero en ese momento Sá tenía una vista perfecta. El centro de Foden y el cabezazo de Stones fueron magníficos", declaró Pep Guardiola tras el encuentro en sala de prensa.
Pep Guardiola celebra el triunfo del Manchester City ante el Wolverhampton
Un testarazo tras córner de John Stones en la que se perfilaba como la última ocasión del partido, salvó en el minuto 95 al Manchester City del tropiezo en casa del Wolverhampton, que golpeó con un tanto tempranero y se parapetó en su área, en un ejercicio de resistencia sostenido por las paradas de José Sá en uno de esos días de intrascendencia de Haaland.
Son momentos de incertidumbre en el Manchester City que supera con triunfos tan trabajados como sufridos. Por quinta vez en sus siete últimos compromisos por debajo en el marcador. Sin el capitán de su juego, Rodri, ni la mente pensante en los metros decisivos, Kevin De Bruyne. Con el futuro de Pep Guardiola en el aire, afectado por el fin de ciclo de Txiki Begiristain.
Tuvo que levantar un mal inicio el día en el que su único pensamiento era aprovechar el pinchazo del Arsenal. Estuvo cerca de seguir sus pasos. Nunca temiendo por la derrota pero sí sintiendo la impotencia del que lo intenta sin descanso y no encuentra el premio. Con un abrumador 78% de posesión y hasta 22 disparos.
En uno de los pocos estadios donde cayó el pasado curso, ante unos Wolves en los que O´Neil se vio obligado a recuperar su sistema de tres centrales ante una sangría goleadora, 21 tantos encajados en apenas siete jornadas. Su plan estaba más que definido, defender y atacar con velocidad al contragolpe, tal y como llegó el tanto inicial de Strand Larsen neutralizado por Gvardiol antes del descanso.
Cerca del final, recurría Guardiola a Foden, de nuevo suplente, y a Grealish, pero a su equipo le habrían señalado pasivo en más de un ataque si en vez de fútbol hubiese jugado un partido de balonmano. Falto de ideas en los últimos metros se lo jugó todo a los minutos finales. Un disparo de Grealish, otro al lateral de la red de Bernardo y cuando el asedio dejaba cuatro córners seguidos, llegaba el centro de Foden y el testarazo salvador en el primer palo con todo de Stones para dar el triunfo.
