El Rayo de Jémez, una alineación imposible
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El Rayo Vallecano está en retroceso y tras cinco partidos sin conocer la victoria, mira inevitablemente hacia una zona baja de la que quiere escapar como sea, uno nuevo reto para Jémez en una semana (de tantas) explosiva del técnico.
El canario es rompedor en cada una de sus acciones, desde las que repercuten al terreno de juego a las emocionales, ya sean en el vestuario o en rueda de prensa. Tras la última derrota ante el Espanyol entendió que el club buscara otro entrenador, como si el propio Paco no hubiese salvado en los últimos años situaciones como estas.
Un año complicado con el Rayito, que para la vigesimonovena jornada tiene nada más y nada menos que nueve bajas -más la duda de Jozabed-, una constante que explica los 29 jugadores usados en esta 15-16, una auténtica barbaridad. En la imagen se representa perfectamente el caos que está siendo el conjunto franjirojo (por lesiones, sobre todo) este año, comparando el equipo de la jornada cinco con el de la jornada veintisiete en el que sólo se mantienen tres jugadores.
Marzo y treinta jugadores utilizados
Veintisiete entre la plantilla y canteranos más Fariña, Chengdong Zhang y Lass, que también tuvieron minutos hasta que salieron a Universidad de Chile, BJ Guoan y Stade Reims respectivamente en el mercado invernal. Es cierto que Fariña y Zhang apenas tuvieron minutos, de hecho el jugador chino sólo jugó ocho minutos en Liga y 214 en Copa del Rey, pero la situación de Lass Bangoura es diferente...y al mismo tiempo similar a la de los últimos años. Quizás Lass sea un termómetro anual de lo que precisamente sea el Rayo: homogéneo, vertical, difuso y con un caso lo suficientemente extraño como para convencer a Jémez durante seis meses (jugó 800 minutos en 16 partidos) o hartarlo hasta dejarlo salir otro año más.
Diego Llorente, con dos goles esta temporada, es el jefe de una de las zagas más complicadas de Primera División y se está doctorando en defensa
Sin embargo el mayor dilema esta temporada está en la enfermería y la portería lo ejemplifica. A la larga lesión de Cobeño (ahora sin ficha) se le unió la de Toño, titular indiscutible. Juan Carlos no convencía a Jémez y de ahí que llegara Yoel, que tras 630 minutos volvió a dejar paso al de Guadalajara, una locura, el día a día del Rayo. Bueno, la enfermería y las dudas de Jémez.
Trashorras, Llorente y Jozabed, por este orden, son las piezas fundamentales de este Rayo, tanto en minutos como en protagonismo en el terreno de juego. El más decisivo sin duda ha sido el sevillano, que ya tomando las riendas del equipo suma nueve goles y tres asistencias. De Trashorras poco se puede decir, es un genio a prueba de bombas y Llorente sin duda ha sido la revelación. El canterano del Real Madrid, cedido, se ha desempeñado incluso en el centro del campo durante varias jornadas cuando al equipo le costaba sacar la pelota, un valor de futuro a seguir que difícilmente pueda continuar un año más en Vallecas.
Las inexplicables rachas de la delantera rayista
El resto ha funcionado a ráfagas, desde los extremos a la delantera, un desorden destinado a las lesiones y el contacto con el gol. Los delanteros al menos han jugado a eso, a marcarse tiempos para funcionar. Javi Guerra es sin duda el titular de Jémez y llegó a sumar ocho goles en ocho partidos en una racha espectacular, pero sólo anotó uno en los ocho siguientes, acompañado de una lesión de rodilla que le lastró.
Ahí apareció Miku, que de no contar a conseguir tomar la alternativa en la jornada 19, logrando una racha histórica en el conjunto franjirrojo con cinco tantos en cinco partidos. Lesión del venezolano y repetición de la historia: Manucho retomó su rol de suplente de lujo y aprovechó su oportunidad con cuatro goles en tres partidos (Sevilla, Betis y Barcelona), los únicos que ha marcado en toda la temporada.
Con estas estadísticas es fácil darle la razón a Jémez en una cosa, hacer la alineación del Rayo Vallecano es misión imposible. A ello tampoco han contribuido los fichajes: Piti ha entrado poco a poco en el equipo, Iturra ha llegado con muchas ganas aunque parece por momentos descolocado en una posición primordial, Crespo no ha dado el nivel en la locura defensiva en la que ha tenido que jugar hasta de central y Aras Özbiliz no parece tener muchas opciones de entrar.