El Betis de nunca acabar

Preocupante estado de Edu y Ricardo Oliveira El tempranero gol de Luis García marcó el devenir de un partido con dos caras: la primera blanquiazul y la segunda abierta. Y es que al menos alguien alzaría la voz en el descanso para hacer ver lo que había en juego. Pero de nuevo ir a remolque, tras haber desperdiciado 45 minutos, fue una cuesta demasiado empinada para los intereses béticos. Porque el Betis si salió a tutear a su rival en el segundo tiempo, a ver quien pegaba más fuerte, el partido se abrió y pudo pasar de todo. Ocasiones hubo de todos los colores, pero ahí se vislumbró otra evidencia: el día que Emaná no responde, Oliveira y Edu demuestran estar a años luz de aquellos jugadores estandartes de muchas tardes de gloria. La punta de velocidad de ambos es nula y a los periquitos les bastaba con replegarse bien ordenados para espantar el peligro bético. Bajo ese prisma del quiero y no puedo, fue Román quien aprovechó una de los numerosas contras para hacer el segundo y certificar que un año más el Betis sufrirá hasta la última jornada. Desde luego jugando así, uno puede creerse que este equipo es capaz de no volver a ganar en lo que resta de temporada…