Guillén y Del Nido, que reine la camaradería
Entre el Betis y el Sevilla, o viceversa, no puede reinar la indiferencia. Es imposible. Pero lo que en otro tiempo fue inquina institucional hoy es todo lo contrario. Las maneras se guardan, y de qué forma, cuando los dirigentes de uno y otro equipo hablan del eterno rival. Unas buenas relaciones que este lunes, con la visita de Miguel Guillén al plató de 'La Liga', han quedado refrendadas.
Al presidente del Real Betis le pusieron un vídeo en el que José María del Nido, su homónimo en el Sevilla, le dirigía estas palabras: "Las relaciones actuales con el Betis, que son excelentes, son fruto de su figura, su talante y el modo en que comanda la nave verdiblanca. Le deseo toda la suerte del mundo y que cumpla sus objetivos". Sólo palabras de elogio. Y no vanas. De hecho, Del Nido admite con su alabanza que Guillén es un activo importante en esta consecución, en las buenas relaciones que hoy mantienen los dos clubes de la ciudad.
Guillén, no podía ser de otra forma, le respondió públicamente ensalzando su mandato: "La gestión de Del Nido es espectacular. No conozco al club en profundidad, pero a nivel de gestión ha alcanzado cotas impensables", dijo el presidente bético.
Predominan las buenas formas, la camaradería. Y ese espíritu, consideran ambos, es el que debe reinar entre las dos entidades. Ambos son conscientes de que la rivalidad deportiva es inevitable. El pique sano y competitivo no hace daño. Lo que sí puede hacerlo es el olvidar que, como representantes del Sevilla y del Betis, tienen una gran responsabilidad. Suerte que no lo hacen.
Y, de nuevo, unas palabras de Guillén como ejemplo. "La rivalidad queda en el terreno de juego. Fuera, las relaciones tienen que ser cordiales, va en beneficio de la ciudad, del fútbol sevillano. Cuando llegue el derbi, intentaremos realizar todos los actos posibles para demostrar esa buena relación, para promover que sea una fiesta y que todos disfrutemos de ella. Así luego no tendremos nada que lamentar". La senda, pues, está marcada. Ahora son los béticos y sevillistas de a pie los que tienen que andar el camino.