Un paseo que casi se convierte en tropezón

El Betis ha sumado los tres primeros puntos de la temporada ante el Sabadell en un partido en la Nova Creu Alta que de ser un auténtico paseo a punto estuvo de convertirse en tropezón. Todo fue coser y cantar para el equipo de Velázquez hasta el minuto 87, en el que recibió un primer tanto que echó por tierra la solidez que había demostrado hasta entonces. Hay que ponderar esos 87 minutos de superioridad neta del Betis e igualmente esos dos minutos de lagunas que casi cuestan puntos. Fallos que debe pulir el equipo bético y que apuntan directamente al portero Adán, que facilitó esos dos goles, y de nuevo a la zaga, que permitió dos remates demasiado sencillos.
Esos dos tantos siembran dudas que parecía haber desterrado el conjunto verdiblanco con un sólido centro del campo, con una delantera con mucha pólvora, y con una sensación de mando y superioridad absoluta. Serán muchos encuentros en Segunda como el de este domingo, es decir, serán lo que el Betis quiera, para bien o para mal. El Betis fue mejor mientras estuvo al cien por cien tensionado, concentrado, y a punto estuvo de tirar el choque cuando se relajó. De ahí la importancia del trabajo del técnico salmantino en ese aspecto, en la concentración, en la fiabilidad, en la seguridad. Si Velázquez corta esa sangría, esas desconexiones que llevaron al Betis a Segunda, tendrá mucho ganado, casi todo si cabe, porque individualmente el equipo heliopolitano es tremendamente superior al resto de rivales de la categoría.
El Betis, salvo unos primeros minutos en los que el equipo catalán demostró ser animoso y pretencioso en su trato con el balón, fue netamente superior al Sabadell. Con balón y sin balón. Cuando lo tenía llegaba de forma bastante directa y rápida al área contraria y cuando no lo tenía el Sabadell apenas le hacía cosquillas. Todos estos argumentos no tardaron en refrendarse con un gol, el de Cejudo en una falta bien lanzada que rechazó De Navas y que Cejudo acertó meter en la red tras un nuevo rechace del meta.
A partir de ahí, de ese primer gol del Betis esta temporada, el conjunto de Velázquez se empezó a mostrar mucho más cómodo y sus jugadores empezaron a brillar más. Jorge Molina, muy completo, era un incordio constante para los locales; Rubén, sin estar muy atinado, sí anduvo dinámico; y el centro del campo se hizo con los mandos del encuentro. Hasta el punto de que Matilla coronó la segunda mitad con un gol tras pase de Rubén en el que también echó una mano De Navas, o dejó de echarla.
Tras el descanso el choque pareció recorrer los mismos senderos. Animosidad del Sabadell acaompañada de poco más. Apenas inquietó a Antonio Adán en el arranque y cuando lo hizo sacó muchísimo fruto. Antes de esos minutos finales, solo en una ocasión llegó el conjunto arlequinado, y acabó en gol, aunque anulado, a Tamudo. Tras esos intentos sin demasiado peligro el Betis volvió a asentarse en el campo sin mayores esfuerzos. Con y sin balón. Cuando la tuvo la jugó con sentido y cuando no la tuvo ni sufrió. Lo extraño fue lo que quedaba por deparar el encuentro. Primero que hubiera que esperar a los minutos finales del encuentro para que el Betis, y los miles de béticos catalanes que estaban en el estadio, cantaran un nuevo gol en una acción de Rubén Castro desde la frontal. Y segundo que en los últimos minutos Adán fallara clamorosa y consecutivamente para meter en el partido, en apenas un minuto, a su rival. No ocurrió, no logró un tercer tanto el Sabadell, pero igualmente, no en las matemáticas pero sí en las sensaciones, hicieron daño esos dos goles. Porque devuelve al terreno de la duda e incertidumbre a la zaga e incluso ahora al portero.
Con todo, ganó el Betis, debutó con tres puntos y el camino del ascenso se marcará con victorias ante la mayoría de equipos de la categoría del mismo perfil que el Sabadell. Claro que para lograrlas no siempre saldrá indemne el Betis de minutos como los finales vividos en la localidad catalana.