Más de treinta apóstoles y tres mil kilómetros

Dieciocho días para la Junta de Accionistas Extraordinaria del Real Betis Balompié. José Miguel Catalán y Ángel Haro se reúnen en un despacho cualquiera. El escenario es lo de menos, lo más importante es lo que se cuece dentro, la conversación. Es el inicio de una maniobra que dará un giro a una historia del Betis que parecía escrita y que no pintaba bien. “¿Y si vamos?” “¿Por qué no?”.

Ahí comienzan dos semanas y media de trabajo frenético. Riáse usted de las películas de campañas políticas en Estados Unidos. Ríase usted de 'Los idus de marzo'. Pueblo a pueblo, peña a peña, puerta a puerta. Accionista a accionistas. Una batalla que estaba perdida se le da la vuelta.
“Sabíamos que la cifra clave era el 27 por ciento. Teníamos las cuentas muy bien hechas y entendíamos que Manuel Castaño nunca podría llegar a esa cifra. Sinceramente, nunca nos creímos que Castaño pudiera ni siquiera acercarse al 30 por ciento. Sobre esa cifra nos pusimos a trabajar a destajo”, confiesa Ángel Haro con una sonrisa en la boca y el cansancio aún visible en su rostro durante una entrevista con ElDesmarque. Ha sido una larga y dura batalla.
Los apóstoles tuvieron la clave. “Así los llamamos. Empezamos por ocho o nueve y acabaron siendo más de treinta. Su trabajo ha sido encomiable. Lo que se ha conseguido es mérito de ellos. Muchos se presentaron de forma espontánea, en pueblos, recogiendo las acciones que podían, cien, doscientas, trescientas... Ha sido emocionante ver la respuesta de la gente”, explica Haro.
La campaña de captación de apoyos ha sido exhaustiva. Se han hecho muchos kilómetros. El apoyo ha llegado de diferentes sitios, desde Francia a la peña Rafael Gordillo. “Nos llegó una carta de Francia en la que nos daban su apoyo y de aquí cerca, hemos estado en Marchena, Puebla de Cazalla... Habremos hecho unos tres mil kilómetros en 18 días. Visitamos una peña al día y a veces hasta dos”, apunta. Los más activos fueron los de Morón y Lora, pero todos han sido importantes.
Haro y Catalán llegaron a la Junta convencidos de que tenían muchas opciones de ganar, pero sin la certeza absoluta. “Primero porque hay mucha gente que te dice que te apoyará, pero después hay que verlo y también ocurre que había un pequeño porcentaje que nos sabíamos qué iban a hacer. Lo que más nos sorprendió fue algunas peñas muy cercanas a Castaño, que estábamos convencidos de que les iban a votar a ellos y que se abstuvieron”, señala.
Los dos vicepresidentes del Betis siguen trabajando para la próxima Junta. “Estamos convencidos de que podemos llegar a un 30 por ciento o más en la próxima Junta. Vamos a seguir trabajando y hemos abierto una oficina de atención al accionista para tratar de regularizar toda esta situación”, señala.
Así se forjó un vuelco que acabó en una Junta histórica.