Joaquín, ¡qué buen tío!

Con rostro serio y un semblante muy distinto al que se le suele ver habitualmente, Joaquín pedía ayuda recientemente para encontrar un donante de médula para José Antonio Garrido, un chico de Gibraleón que lucha para curarse de una leucemia. Para conseguirlo, el portuense hacía un llamamiento a la sociedad en general y más que nunca al mundo del fútbol para poder dar voz y contribuir en lo posible tanto en este caso como en otros por investigar.

Ser futbolista de élite no mantiene a Joaquín en una burbuja alejado de la realidad. Así lo ha asegurado en varias entrevistas y sólo hay que tener presentes algunas de sus acciones para comprobarlo.

Una camiseta de Iniesta, rumbo a Gibraleón

La historia con José Antonio Garrido se remonta a días antes del partido de la primera jornada contra el Barça, cuando puso rumbo a la localidad onubense con un regalo especial, la camiseta del Betis firmada por los jugadores de la primera plantilla y la invitación a que saltara al césped del Benito Villamarín para fotografiarse con el equipo antes del encuentro frente al Deportivo de la Coruña. A la conclusión del partido en el Camp Nou llegaría una tercera sorpresa que el muchacho tampoco olvidará. El portuense le consiguió la camiseta de su ídolo Andrés Iniesta y el manchego le envió, a través de un vídeo, su mensaje de apoyo.  Gestos como estos se suman a una larga lista que hablan de cómo es Joaquín, siempre dispuesto a poner su granito de arena para sacar una sonrisa a aquel que lo necesite. Así lo hizo con Fran, un aficionado bético enfermo de ELA al que visitó en Arroyomolinos de León en un reportaje emitido en Canal Sur o también cuando en sus años como jugador del Málaga levantó el teléfono para llamar al programa 'Tiene Arreglo' y ayudar económicamente a un padre de familia afectado por la crisis.

Villancicos solidarios y autógrafos por comida

Durante su etapa como jugador del Valencia Joaquín también dejó su sello. Allí conoció de primera mano a la Penya Valencianista per la Solidaritat, una peña que lleva adelante distintos proyectos en países necesitados y a la que rápidamente mostró su predisposición para colaborar, como recogió la propia PVS en un artículo titulado “Joaquín: jugador del Valencia y líder de proyectos solidarios”.
Su personalidad y la simpatía que le caracterizan se dejaron ver, o más bien oír, en forma de villancicos durante las navidades de 2010. El portuense cambió el castellano por el ‘Simlish’ para participar, junto al dúo gaditano Andy & Lucas, en la grabación de un disco que lanzó el popular videojuego de Los Sims y cuyos beneficios fueron destinados a la Fundación Aladina, que ayuda a niños con cáncer.
Igualmente exitosa fue la iniciativa que en diciembre de 2009 promovió la Fundación del Valencia y en la que, junto a Bruno Saltor, intercambió autógrafos por alimentos, una firma especial que acabó recaudando más de 350 kilos de comida.

Una legión de “Joaquinistas” en Senegal

¿Puede llegar el nombre de Joaquín a una pequeña localidad senegalesa? La respuesta es sí. Concretamente, el poblado de Bandafassi llegó a vivir de manera especial sus partidos cuando militaba en el Málaga. La ONG Yakaar África y Antonio Moreno, veterinario en la Costa del Sol y amigo del futbolista, encabezaron una misión para analizar el porqué de las muertes de animales en una zona que vive en gran parte del ganado.
Nada más conocer la noticia, el portuense se sumó a la aventura en forma de materiales. Junto a Moreno y sus acompañantes, volaron vestimentas malaguistas a más de 3.500 kilómetros para equipar de blanquiazul a los “leones de Bandafassi”. La experiencia, relatada por el propio veterinario, fue inolvidable para una población para la que —por momentos— las medicinas y los víveres pasaron a un segundo plano para dejar paso a un Joaquín cuya enorme calidad va mucho más allá de los terrenos de juego.