Así fue el 2017 para el Real Betis

Un año da para mucho y el 2017 que ahora se cierra ha dejado numerosos detalles para el Betis. En lo deportivo, el equipo acabó una temporada en la que no cumplió las expectativas y abrió una nueva que comenzó ilusionando. Fue el año de la vuelta de Serra Ferrer, del pacto accionarial, de dos entrenadores, de la marcha de Dani Ceballos, del paréntesis de Rubén Castro o del récord que superó los 52.000 abonados.

El 2017 arrancó con Víctor Sánchez del Amo, que había sucedido mes y medio antes a Gustavo Poyet. El efecto inicial del técnico madrileño se fue diluyendo y el Betis se fue desplomando con partidos que acabaron por agotar la paciencia bética. El equipo acabó decimoquinto, lejos del objetivo planteado de los diez primeros. La apuesta del club no salió y lejos de mejorar la décima plaza del año anterior, el equipo retrocedió.
El Betis firmó en enero al central rumano Alin Tosca y al mediocentro Rubén Pardo. Las expectativas que había creado el riojano no fueron cumplidas y al final sólo fue verdiblanco hasta el mes de junio. El 2017 arrancó con cierta estabilidad deportiva que luego se irá difuminando.
Para el buen sabor de boca de la hinchada quedó el empate en e Villamarín ante el Barcelona y la sensación de que al menos en casa el equipo era fuerte. El primer aviso de que el equipo se acabaría cayendo llegó en Granada con una dolorosa goleada encajada.

Fue días antes del derbi, en el que el Betis firmó una magnífica primera parte y en el que en la segunda se vio remontado por el Sevilla, con polémica arbitral incluida. Salvo algún repunte el equipo fue dando síntomas de decaimiento, con una fecha clave, la de la goleada recibida en Butarque.
Aquel día el Betis perdió 4-0 con el Leganés y fue la gota que colmó el vaso. La permanencia ya se había logrado, pero el resultado y la imagen acabó por enfadar y por desencadenar los cambios que luego llegarían. Por más que Torrecilla había afirmado que el entrenador del año siguiente sería Víctor, no fue así.
La primera medida del club, con dos jornadas todavía por disputarse, fue la destitución de Víctor Sánchez del Amo. Alexis Trujillo, que sumaba así un rol más en el Betis, fue el encargado de sentarse en el banquillo los dos últimos partidos de la temporada liguera.

Un verano de cambios

Acabada la temporada llegó la revolución. Fue un verano de nombres y cambios. Para empezar llegó Lorenzo Serra Ferrer, uno de los referentes de siempre del Betis. Se hizo cargo de la vicepresidencia deportiva del club. La planificación del nuevo curso ya era asunto del balear y poco después abandonaba la entidad Miguel Torrecilla, hasta entonces director deportivo. Su proyecto había fracasado y la cohabitación duró poco.
Durante el mes de junio se entrelazó la planificación del nuevo curso, con el pulso institucional que planteó el que había sido hasta días antes consejero Rafael Salas. Para finales de junio había pedido una Junta Extraordinaria de Accionistas, a la que se presentó de la mano de Alfonso Pérez Muñoz y Miguel Valenzuela.
En lo deportivo Víctor Sánchez del Amo dio paso en el banquillo a Quique Setién. El cántabro había estado ya dos veces cerca de arribar en Heliópolis y a la tercera fue la vencida. Firmó por tres años y de su mano llegaba también un estilo y una identidad muy marcada, como había demostrado en sus etapas anteriores.
Luego el mercado de verano trajo una revolución demandada en la plantilla. Eso sí, salieron los principales estandartes futbolísticos del Betis, ninguno lo hizo con la intención de la entidad. El cambio tenía su importancia porque se acabarían marchando el goleador determinante y el canterano motor del juego del equipo.

Primero se fue Dani Ceballos al Real Madrid, previo pago de la cláusula de rescisión. El culebrón, que lo hubo, duró menos de lo esperado y se marchó casi al comenzar la pretemporada. No llegó a entrenarse a las órdenes de Setién. Su gran temporada en el Betis había provocado ya el interés de muchos clubes, pero su Europeo sub 21, donde fue elegido mejor jugador del torneo, precipitó los acontecimientos.
Más tarde salió Rubén Castro, que ponía rumbo a China para una cesión hasta final de año. Lo hizo en Montecastillo, donde se desencadenaron los hechos. Tuviera o no que ver en su decisión sus problemas judiciales, el caso es que el Betis perdía a su referente goleador de los últimos tiempos. Una marcha con retorno, como meses más tarde se ha terminado comprobando.
A la plantilla se unieron nombres más que interesantes como Feddal, Javi García, Guardado, Boudebouz, Tello, o Sergio León. También otros como Barragán, Camarasa, Jordi Amat y el regreso de Campbell. Fue también el momento de la vuelta del canterano Fabián, tras su cesión.
A las bajas de Rubén Castro y Dani Ceballos, se unieron otras, entre ellas la de Germán Pezzella. El argentino se marchó con la pretemporada ya avanzada cedido a la Fiorentina, en una operación que puede acabar con el defensa de manera definitiva en Italia.

Tuvo también trabajo Serra Ferrer en el capítulo de salidas. Bruno, Jonas Martin, Petros o Brasanac dejaron el equipo y se unieron a otros que acabaron contrato como Álex Martínez, Manu Herrera y Cejudo. Zozulya fue punto y aparte y se acabaron marchando por aquello de la compra obligatoria en su cesiones Pacheco y Portillo.
El Betis invirtió en fichajes como no lo hacía en mucho tiempo y, tras una temporada con dudas, el equipo pronto comenzó a ilusionar con juego y resultados. Cierto es que en la pretemporada no fue demasiado halagüeña por la imagen que ofreció el equipo.

Ilusionante arranque

La segunda jornada ante el Celta ya se vio el nuevo Betis de Setién empezó a funcionar. El equipo practicaba un buen juego y, además, ganaba. Tras un flojo primer partido contra el Barcelona, los verdiblancos se hicieron fuertes especialmente en el Benito Villamarín.
Tres victorias consecutivas en casa, frente al citado Celta, Deportivo y Levante despertaron la ilusión. El juego, los resultados y el nuevo aspecto del estadio bético provocaron un clima muy especial y los partidos en casa fueron una fiesta más que nunca.
El momento cumbre se produjo con la victoria en el Santiago Bernabéu. El Betis ganaba con merecimiento al Real Madrid con gol de Sanabria en el descuento y rompía una racha de casi 20 años sin ganar en el feudo madridista. El equipo acaparó toda la atención nacional.
El buen momento del Betis tuvo continuidad días después con una magnífica segunda parte ante el Levante. Europa era la zona habitual en la clasificación en las primera jornadas de la temporada y los fichajes aportaban ese salto de calidad tan demandado.

La alternancia en la delantera entre Sergio León y Tonny Sanabria respondió con goles y en esa fase del campeonato el Betis no echaba de menos la indispensable cuota goleadora de Rubén Castro. El canario mientras también seguía con su particular racha en China.
La aportación de jugadores como Barragán, este menos esperado a priori, o Javi García y Guardado fueron fundamentales en este arranque liguero. Además de los puntas. Eso sin olvidar a otros que ya estaban como Adán o Joaquín, a los que unió Fabián, que definitivamente dio un paso adelante.
Luego llegó un gran bache de imagen y resultados, con hasta seis jornadas sin ganar, y aparecieron las dudas. Tanto que hasta la figura de Quique Setién estuvo en el aire. Los problemas defensivos y el excesivo número de goles encajados comenzó a ser un lastres demasiado grande.
Los partidos contra la Real Sociedad y el Valencia ya fueron señales, que luego se acusaron con más intensidad. Eso y algunas notables ausencias en el equipo con lesiones de larga duración, como las de Feddal, Campbell o Sanabria, empezaron a hacer mella en el Betis.

La dolorosa eliminación en Copa del Rey en dieciseisavos, como sucedió el curso anterior, fue otro de los momentos más bajos. El Betis dejó escapar la ventaja de la ida y recibió hasta cinco goles en casa a la vuelta a manos del Cádiz, un rival que milita en Segunda. Aquello encendió definitivamente las alarmas de un conjunto, que días más tarde tocó fondo en el partido liguero contra Las Palmas.
El Betis ofreció mejores sensaciones en los tres últimos partidos y apunta a salir del bache, aunque falta la continuidad en resultados. Sólo ganó en uno de esos tres choques. Comprobar si se levanta definitivamente lo dirá el tiempo y será ya cuestión de 2018, en el que arrancará contra el Sevilla en un derbi, en el que también tratará de cambiar el que jugó y perdió en 2017.
 

El año institucional

El 2017 también será recordado en el Betis por ser el año en el que se firmó el definitivo pacto accionarial. Fue un julio, después de que durante la primera parte del año las cuestiones judiciales y accionariales siguieran siendo un común de la actualidad verdiblanca.
Incluso el juicio contra Manuel Ruiz de Lopera se había iniciado semanas antes, después de una larga instrucción y de recursos planteados por la parte del expresidente del Betis. Sin embargo, las negociaciones entre unos y otros seguían abiertas y acabaron dando sus frutos.
La madrugada del 27 al 28 de julio se cerraba el pacto entre el Betis, Manuel Ruiz de Lopera, Luis Oliver y dos de las tres plataformas béticas. Por Nuestro Betis y la Liga de Juristas Béticos firmaban un acuerdo en el que no entró Béticos por el Villamarín. Fue una larga jornada que acabó con un momento histórico.

Con ese acuerdo en el Betis ya quedaban atrás Manuel Ruiz de Lopera y Luis Oliver, con quien meses antes -en marzo- había firmado otro pacto con el club para comprar sus acciones. El futuro institucional tan enmarañado de los últimos tiempos empezaba a aclararse. El 2017 será recordado en el Betis, entre otras cuestiones, por ese cambio.
El pacto era el pistoletazo de salida a un proceso de venta accionarial y ampliación de capital, que pretende que el Betis quede repartidos entre los béticos. Una cuestión que vive este fin de año todavía su proceso y cuya hoja de ruta quedó marcada el pasado otoño.
Ya se abrió el proceso de venta en sus dos tramos. En el caro aparecieron nombres tan relevantes como los de Joaquín Sánchez, Lorenzo Serra Ferrer, así como históricos como Gabi Calderón o el expresidente Gerardo Martínez Retamero. Ángel Haro, José Miguel López Catalán, otros consejeros y empresarios también adquirieron un importante paquete accionarial. En total fueron 18 personas las que dieron el paso.
El año también fue el de dos juntas. Las dos con cuestiones de peso. La extraordinaria fue en junio y en ella Rafael Salas presentó una alternativa de gobierno a los actuales rectores. Fueron semanas de clima electoral, aunque no fuera tal, y tensión entre las candidaturas. Con algún cruce de declaraciones públicas, la junta de junio ofreció un triunfo de los actuales rectores béticos, que vencieron con claridad. 

Ganó Ahora Betis Ahora, encabezado por Ángel Haro y José Miguel López Catalán. Como lo hicieron en la Junta Ordinaria de noviembre. Allí, más allá de las cuentas, lo fundamental era conocer si los accionistas aprobaban el pacto firmado en julio. Lo hicieron y se atisba un futuro menos crispado en lo institucional.
Con la incertidumbre inicial de si se alcanzaría el quórum necesario para las votaciones claves, luego todo se resolvió con un amplio triunfo para Haro y López Catalán.
 

El nuevo Gol Sur y el récord de socios

El gran déficit del Betis es colocar lo deportivo al nivel de lo social. La afición volvió a crecer en 2017. Volvió a demostrar su pasión y el año se cierra con más de 52.000 socios. Un récord histórico que demuestra una vez más lo que mueve esta entidad.
Indispensable para crecimiento la nueva grada de Gol Sur, una histórica demanda de los aficionados. La ampliación del Benito Villamarín hasta más de 60.000 espectadores y el nuevo aspecto de todas las gradas del estadio han sido llamativos en la temporada que arrancó en 2017.