La paliza en autobús del Betis Deportivo

El Betis Deportivo tiene por delante hasta final de temporada dos interesantes retos, uno más importante que el otro, y con el objetivo de salir airoso en ambos. La salvación y la Copa Federación llaman a la puerta de un filial que se está encontrando con varias piedras en el camino. Y una de ellas puede perjudicar seriamente ambas competiciones.
Por ejemplo, la paliza kilométrica en autobús que se ha tenido, y tiene, que dar en los últimos días para jugar la Liga ante el UCAM Murcia y la vuelta de la ronda copera frente al Ontinyent. Más de 2.300 kilómetros en menos de seis días realizados en autobús y dando las gracias de que el próximo fin de semana el partido será en la Ciudad Deportiva Luis del Sol.
El equipo de José Juan Romero viajó el sábado hasta Murcia (537 km), jugó el domingo (derrota por 2-1) y regresó a Sevilla a la finalización del encuentro (otros 537 km). Dos días después han tenido que coger de nuevo la maleta, montarse en el autobús y viajar hasta Valencia, concretamente a Ontinyent (643 km), para jugar este miércoles la vuelta de la Copa Federación (2-0 en la ida).
La única buena noticia es que el viaje de regreso a Sevilla no será tras el partido, sino que lo harán el jueves (643 km más) una vez que el equipo se entrene en tierras valencianas. Porque en esta ocasión no ha sido posible cuadrar un viaje en avión para evitar el cansancio tras la paliza del fin de semana. Ni quedarse dos días para evitar tantos kilómetros.
Y de pasar la eliminatoria y llegar a las semifinales esperaría otro viaje complicado. Vilafranca (Barcelona), Logroñés, Escobedo (Cantabria), Pontevedra, Atlético Saguntino (Valencia) o Plasencia (Cáceres). Ahora habrá que ver si el cansancio hace mella en un filial que el domingo recibirá al Villanovense con la salvación en juego.