Una mala tarde la tiene cualquiera

Si fueras el Barcelona o el Real Madrid, te pueden valer cinco minutos de explosión para no perder un partido. O que el árbitro no se equivoque en un gol legal. Pero a este Betis, el Betis de Europa, no le vale con esos cinco minutos. Se vio en San Mamés. El fútbol control esta vez no tuvo fútbol ofensivo y el Athletic, sin nada del otro mundo, se aprovechó. Adiós a la gran racha. Hola ya al derbi. Un derbi que tras esta derrota tiene muchas más cosas en juego.

Porque este Betis europeo de Quique Setién aún tiene que cerrar al menos la sexta plaza. Está cerca, pero parece que está a mundo. Y ahora resulta que el Sevilla tiene en su mano ponerse a dos puntos tras el derbi. Más pique, más leña al fuego.
Sería la tranquilidad, léase bien, de estar ya en Europa, o la siesta de las cuatro de la tarde, pero el Betis de la primera parte no fue el Betis de los últimos meses. Intranquilo con el balón, sin profundidad y mucho sufrimiento en defensa. Influyó también la lesión de Junior, que ha encendido las alarmas para el derbi. Setién, al final, pensó en el Athletic y no en el Sevilla.
El Athletic, a base de balones a la espalda de la defensa del Betis, se metió en el partido. Tiene rapidez y astucia arriba, pero le faltó ese toque de suerte que tiene el Betis. Dos larguerazos de Williams y Mikel Rico asustaron a Pedro, un hombre de hielo cada vez que tiene el balón en los pies. 
Setién metió a Camarasa tras la lesión de Junior y el Betis perdió el control. Bien es cierto que cuesta entrar así de repente ante el Athletic, sin apenas calentar, pero a Camarasa se le vio falto de ritmo. También es normal. Tello, un comodín para Setién, cumplía sin alardes como carrilero derecho. Ya era demasiado. Y Sanabria... Setién quiere meter en la película al paraguayo, pero de momento está lejos de su nivel. 
Tras el descanso el Betis dio un paso al frente, pero muchas veces fue de mentira. Kepa fue un espectador más, porque no tuvo que intervenir ni una vez. La primera vez fue en el minuto 81, ya con 1-0 en contra. Y a las manos, sin tener que tirarse. Y así es muy difícil ganar un partido, aunque tengas todo de cara.

Un despiste letal

El Athletic, sin forzar la marcha, creyó más en la victoria. No es que fuera una apisonadora, pero sabía que en un despiste del Betis podía marcar. Ese despiste llegó. Un despiste gordo. Amat y Tello se quedaron mirando en el segundo palo cómo Muniain remataba de cabeza en el área pequeña. Más que un despiste, un regalo.
Con Rubén Castro ya en el campo, a Setién se le vio cara de cabreo por ese error en defensa. La racha sin perder iba a ser historia. Muy bonita, histórica, pero llegó a su fin. Quizás por esa relajación tras una fiesta, quizás por estar pensando ya en otra cosa. Kepa apareció con una mano magistral tras un gran disparo de Fabián. Luego fue Bartra, demasiado tarde esos disparos.
Pero el Betis pudo empatar, de hecho debió empatar. Javi García remató en boca de gol pero Alberola Rojas decidió pitar falta de Loren a Kepa. No hubo nada, pero nada. Con detalles así también se pone fin a las rachas. Javi García remató después a la escuadra tras otro córner, pero no estaba el día para el Betis. Y fue peor. Aduriz cerró el partido tras un carrerón de Williams.
Con el séptimo puesto hecho, el Betis aún tiene trabajo por delante. Todo ha sido muy bonito y debe rematar la faena. Pero ahora aparece el derbi y el derbi es mucho derbi. 
 

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