Saturnino Navazo, del Betis a 'estrella' en Mauthausen
El fútbol está lleno de leyendas que corren paralelas a la historia del mundo, y en ellas siempre hay un hueco para el Real Betis Balompié. Es el caso de la de Saturnino Navazo, un burgalés que podría haber sido un mito verdiblanco pero al que la Guerra Civil le impidió cumplir ese sueño.
Navazo nació en Burgos en 1914, y muy joven se marchó a Madrid para buscarse la vida jugando al fútbol. Allí jugó como delantero en el Deportivo Nacional, destacando en su faceta goleadora en Tercera y Segunda División.
En esas llegó el Betis, dispuesto a ficharle, pero en 1936 empezó la Guerra Civil y se alistó en el ejército republicano, peleando en las trincheras de Catalunya y el Levante. Finalizada la contienda, se exilió en Francia, en Toulouse, donde fue detenido tras la ocupación alemana en 1940 y enviado al campo de concentración de Fallingbostel, en Alemania. Un año después fue trasladado a Mauthausen, en Austria, uno de los templos del horror del imperio nazi.
El fútbol fue su salvoconducto a la vida. El que estuvo a punto de convertirse en atacante del Betis acabó siendo el referente deportivo del campo de concentración. Los militares alemanes, encandilados con su calidas como futbolista, le pusieron a cargo de otros presos españoles, así como le apartaron de los trabajos más duros. Los partidos de fútbol servían como paréntesis a los largos días en el campo y Navazo era el más destacado.
En 1945, las tropas estadounidenses le liberaron y se estableció en Revel, una localidad francesa cerca de Los Pirineos y en la que volvió a sentirse un ídolo, pues gracias a su participación el Union Sportive Revenoise ganó la copa regional durante tres años seguidos. Nunca dejó de lado sus inquietudes políticas, militando en el ilegalizado PSOE durante la dictadura franquista.
El 27 de noviembre de 1986, Navazo falleció en Revel a los 72 años. Una vida a la que salvó el fútbol, una vida a la que las guerras le impidieron jugar algún día en el Real Betis Balompié.
Menudo sinvergüenza e hipócrita hay que ser para llamarse Stuka, avión nazi, y teniendo a Sánchez Pizjuán como nombre de tu estadio, reconocido fascista, venir aquí a tergiversar la historia con un revisionismo barato de tercera fila.El Betis fue, es y será el equipo del pueblo, de todos y todas. A dormir la mona neonazi.
Saturnino quedria entonces jugar en el sevilla de del nido.....cristo rey.
Stuka eres un ignorante en historia dedicate al circo, que te irá mejor.
Si hubieras sabido Saturnino, que en ese campo donde dicen que querías jugar dormirían los tanques fascistas italianos, invitados de honor del genocida... si alguien te hubiera explicado que los que fundaron ese equipo fueron los mismos militares rebeldes que acabaron por sus santas narices e intereses con la Republica que el pueblo se había dado en democracia... de haber sabido todo eso, Saturnino, habrías querido jugar en ese equipo que dicen que querías jugar?