Dicen algunos que el Betis tiene una cuesta importante por delante en estos últimos días de noviembre y los primeros de diciembre. Una cuesta, digamos, que será por aquello de jugar muchas veces en poco tiempo y no por el nivel de los rivales (con perdón a los cuatro), pero es a lo que se deben acostumbrar los equipos de élite, a jugar mucho y bueno en poco tiempo. Y el Betis, si quiere ser de élite, sabe que en los próximos 10 días se juega gran parte de su futuro esta temporada. Porque Olympiacos (el primero de la citada cuesta ), Real Sociedad, Racing y Rayo Vallecano deben decir a qué tiene derecho a soñar el Betis... si todo va bien. O al menos a no romper sus sueños ¿Y si se rompen? Lo que podría romperse es la figura de Quique Setién.
En ese todo va bien anterior hay varias premisas claras: no ganar los partidos de LaLiga Santander sería complicarse mucho el objetivo (el Betis es el 14º), que no es otro que volver a estar en Europa. Y hablando de Europa, ganar al Olympiacos vale un billete para la siguiente ronda, un empate deja el tema encarrilado a expensas de ganar al débil Dudelange y una derrota, según el resultado, tendría mucho peligro. Sobre todo si el Betis pierde por más de un gol este jueves ante su gente. Si eso ocurre, sería el primer palo gordo al segundo proyecto de Setién y Serra en el Betis.
En ese caso negativo, que puede darse, un dato objetivo también, el Betis rezaría para que en la última jornada el Milan y el Olympiacos no firmaran un biscotto, un empate que les valiera a ambos. Para evitar suspicacias y no depender de otros, bien haría el Betis en solventar este jueves con un triunfo su partido ante los griegos, que no son el Dudelange porque tienen su historia europea, pero tampoco son del otro del mundo. Más o menos, un rival al que el Betis debería meterle mano. Siempre con respeto.
Y como los hombres de fútbol, entre ellos Setién, prefieren hablar del partido a partido, ya habrá tiempo para pensar, analizar y calificar lo que será el choque dominical ante la Real Sociedad, el día de las elecciones andaluzas. Luego el Racing, luego otra vez LaLiga Santander ante el Rayo... Y todos en Heliópolis. Quien crea que el calendario es malo para el Betis, que se lo mire bien. Pero ahora llega el Olympiacos, que dejó un aire extraño en Grecia. Setién medita refrescar de nuevo el once porque uno de sus grandes objetivos, y que le hace estar feliz, es no tener lesionados. Un punto para el entrenador en ese caso, pero los puntos que valen son los que te da ganar. Y hasta el que da el empate.
Joel Robles tiene opciones de volver a la portería, Canales descansará por obligación el domingo (está apercibido en Europa y no estaría mal que viera una amarilla) y el resto del once es una incógnita. Setién sabe que se juega mucho más de lo que parece o de lo que diga. Que crea que no haya crisis a pesar de los malos números ligueros... Dejémoslo ahí. Porque el triunfo en Barcelona, histórico, magnífico, impresionante, es un oasis. Y para que no se hable más de crisis, el tema está claro. Aunque sea por una vez, el resultado (positivo) es lo único que importa. En España, en Europa y hasta en la luna.