Un regalo por Navidad

Un regalo de Navidad. Un aguinaldo en forma de punto. Porque el Betis tiene que dar las gracias de empatar su partido ante el Éibar. Dar las gracias a Charles y a Kike García por esos errores. Por permitir que el Betis no rompiera su racha. Por hacer ver que para lograr los objetivos hay que hacer más. En el campo y en el banquillo. Era el día para dar el golpe en la mesa y se esfumó. A lo mejor no vuelve ese día.

La velocidad de crucero que había cogido el Betis le daba, porque sus jugadores son muy buenos, para ganar en casa al Éibar. Con tíos como Lo Celso y William Carvalho debes ganar mucho, casi todo. Porque así es más fácil lograr los objetivos. Europa, con esta gente, debería ser más fácil. Pero hay que ver los partidos y dar con la tecla desde el banquillo. Setién ha dado con la idea y ante el Éibar le faltó frescura de movimientos. La reacción fue muy tarde. Ya no valía.

Salió un Betis alegre, valiente tras superar la presión de un Éibar luchador. Con huecos, este Betis es imparable, esta vez con la velocidad de Tello por la izquierda y con el siempre presente Joaquín. El portuense falló un pase claro cuando Canales se quedaba delante de Riesgo. Fue el primer aviso antes de que el Éibar asustara por medio de Orellana. Vaya fichaje el de Pau López, otro paradón más en su cuenta.

Pero el partido se paró. Por lesionados, entre ellos Sidnei, que se marchó con problemas en un hombro. El Éibar frenó el ritmo local a base de balones en largo a sus delanteros y soñar con una segunda jugada perfecta. Era difícil, pero la idea era clara. Y apretaron de lo lindo arriba. Ahí seguía el Betis pendiente de aprovechar los espacios y en una jugada de tiralíneas encontró el premio. William arrancó, Lo Celso participó, Tello controló, asistió y Sanabria, en el área pequeña, marcó el gol soñado: solo, sin portero y para dentro... aunque un poco sí que costó.

Cuestión de tiempo

La segunda parte fue otra historia. Otro Betis. Dirá algunos que si hubieran acertado en el último pase el partido estaría sentenciado, pero el y si no vale. El Éibar dio con la tecla, Setién se olvidó de mirar al banquillo y el partido dio la vuelta. No pasa nada por hacer cambios, por meter a Javi García por Joaquín cuando el rival te tiene metido en tu área. Sí, a base de balones aéreos y estrategias, pero en tu área.

Y así el empate tenía que llegar. Perdonó Charles quizás en la jugada más fácil que ha tenido en su vida para marcar. Luego avisó Kike García pero el golpe estaba ya cerquita. En esas apareció Feddal para hacer penalti a Ramis, que ya había pedido el cambio. Pau López estuvo a punto, pero el tiro de Orellana llegó a la red.

Y Setién seguía sin cambiar. Y el Éibar, desaprovechando ocasiones. Otra de Kike García delante de Pau, que se fue fuera. La grada ya se calentó con la inacción del entrenador, que decidió meter a Loren por Joaquín... en el minuto 83. Ya era tarde. Muy tarde. El Betis estaba dejando ir una oportunidad de oro para dar un golpe en la mesa, para irse de vacaciones con un alegrón. Pero no. Parece que este Betis no quiere mirar muy alto.