La goma de Rubi
Sería bueno para el Real Betis que con este titular me estuviera refiriendo a la de borrar. Entonces Rubi podría utilizarla para volver a julio y empezar de nuevo. Cambiar de sistema y modificar decisiones. Y, sobre todo, borrar la clasificación de un equipo que lleva ocho meses caminando como Ricky Martin: ‘un pasito pa’lante, un pasito pa’trás’. Pero no. Me refiero, metafóricamente, a la elástica. A la que se utiliza en el ciclismo para explicar que un corredor avanza y retrocede según el momento de la carrera.
La alegría de una victoria se mezcla rápido con la tristeza de una o varias derrotas. La ilusión de un par de buenos resultados se marcha de un plumazo con una mala racha en la que se empieza a hablar de un hipotético descenso. Porque el miedo siempre aparece cuando tus recuerdos son tan recientes y tan dolorosos.
Subirse a un tobogán competitivo tiene sus riesgos y no habla demasiado bien, para mi gusto, de un entrenador. Y el Betis, este Betis, es como un niño/a. Todos los fines de semana se sube al tobogán del parque de su barrio. Le encanta. La diferencia es que ese pequeño o esa pequeña no compite con nadie. Ni debe. Con disfrutar ya tiene suficiente.
Los béticos disfrutaron anoche. Su equipo le ganó al Real Madrid con un ejercicio de personalidad y fe. De fútbol ya hablamos otro día, porque sigue teniendo muchísimos problemas para tener continuidad, para elaborar y para defender. Pero a lo que voy: la goma de Rubi.
El Espanyol 18/19 como espejo
El fútbol es tan emocional que cambia de un segundo a otro. Y, en parte, es una de sus esencias. Sin eso sería menos. Por eso lo que un día ves como una utopía, al siguiente te parece que casi lo estás tocando con los dedos. Tan real como la vida misma. Y el Betis de Rubi juega en ese balancín que va de un extremo a otro casi sin pasar por el centro.
Tras ganarle al Madrid, el derbi se ve de otra forma. La Europa League parece menos lejos y el ánimo es otro. Como el día después de vapulear a una Real Sociedad que volverá a Sevilla para jugarse un título. ¿Se acuerdan?
Pues el Espanyol del curso pasado (que entrenaba Rubi) se metió en Europa haciendo la goma. Su temporada se convirtió en una montaña rusa que paró en la jornada 38 con una clasificación continental. Cuando desde dos meses antes se escribieron muchas crónicas dando por zanjada la temporada perica.
El Betis, según lo que dice el pueblo, lleva en chanclas un mes. Pero, ¿quién puede atreverse a sentenciar eso? A mí este equipo no me gusta cómo juega. Me dice muy poco. Y no creo que la mejor estrategia para crecer sea esta. Pero amigos, el fútbol es tan emocional que cambia de hoy a mañana y no puedes soltar la goma.