Locura, delirio y lección histórica del Betis Deportivo en Córdoba (1-2)

Inverosímil. Apoteósico. Una mezcla de éxtasis y locura. Porque era imposible. El sueño del Betis Deportivo sigue más vivo que nunca. Caía 1-0 en el 91' y en apenas un par de minutos apeló a la heroica para derrotar al Córdoba, pasar a la próxima ronda y tener licencia para solar con el añorado ascenso a Segunda División. Un duelo en el que se impuso la gallardía y las ganas de comerse el mundo de un equipo que regaló una mañana mágica al beticismo.

Córdoba y Betis Deportivo se citaban en El Arcángel inmersos en un triple empate a puntos junto al Sevilla Atlético. Dependía de sí mismo el filial verdiblanco y más complicado lo tenía el cuadro blanquiverde, con la obligación de hacer sus deberes y a expensas de un posible pinchazo del filial sevillista. Esa responsabilidad no eximió la presión, con la que los locales supieron jugar durante los 90 minutos.

Esa tensión sí se apoderó de los dos en el tanteo inicial, con ambos equipos algo dubitativos. Con el transcurso de los minutos el Betis Deportivo retrasó su línea de presión y dio un paso atrás. Una timidez que aprovechó el rival para monopolizar su dominio. Con Mario Ortiz orquestando al plantel, el Córdoba explotó sus virtudes ofensivas y comenzó a rondar con peligro el área bética.

Callejón no supo anclar al equipo y esta vez la lucidez de Rodri no se fraguó en forma de entendimiento con Raúl y las alas béticas. Moutinho y Álex Robles hicieron valer su jerarquía y el Córdoba embotelló al filial. Tras un par de acercamientos, la calidad cordobesista fue letal en el primer acercamiento de peligro. Mario Ortiz aprovechó un fallo en la salida de balón bética y lanzó el contragolpe. Tras una brillante triangulación llegó al balcón del área. Cuando todos esperaban su disparo, la dejó pasar por debajo de sus piernas viendo la llegada de Jesús Álvaro (35'), que batió a Dani Rebollo.

Ese gol supuso una losa psicológica para el filial, incapaz de reponerse tras el mazazo inicial. La diferencia pudo ser mayor pero el Betis Deportivo se repuso tras el paso por vestuarios. Manel Ruano tocó algunas piezas y se vio a un equipo más seguro, más consistente y con las ideas más claras.

Maldito... y bendito Betis

En ese trance llegaron las más claras. Baena no supo aprovechar un fallo del portero, escorando demasiado su disparo. De inmediato la tuvo Raúl en un mano a mano, pero se le nublaron las ideas cuando rondó el área. Tras esos dos avisos el Córdoba adormeció el juego y el partido se enfrió... hasta que apareció Dani Rebollo.

Con el 90' recién cumplido, el portero se sumó al ataque en un saque de esquina. Ahí se alzó sobre el resto y cabeceó al fondo de la red, sumando un poco más de agonía al partido hasta el final. Con todo perdido el Betis soñó con la épica, con lo imposible, con lo inverosímil. Y así besó la gloria.

Después de un serio aviso del Córdoba, el Betis aprovechó el robo de balón para lanzar un contragolpe letal. Cinco jugadores béticos contra dos cordobesistas. Tras la incursión de Ndo en el área, el centro llegó a la cabeza de Mizzian, que logró el gol que volvió loco a todo el beticismo. Una diana que priva al Sevilla Atlético de pasar de ronda y permite al filial obtener una plaza para la Primera RFEF.

El sueño del ascenso

Ahora el Betis Deportivo pasará a jugar una nueva liguilla con sus puntos actuales. En esta ronda hay 30 equipos divididos en 5 grupos de 6 integrantes. Los tres primeros de cada grupo y el mejor 4ª jugarán ya el playoff de ascenso a Segunda División. Un premio mayúsculo para el filial, que aunque no se cuele en esas eliminatorias ya tiene una plaza asegurada para la Segunda B Pro (Primera RFEF).