Una 'guantá' sin manos al Real Madrid y a la Superliga de Florentino

El Real Betis le ha dado una soberana guantá sin manos al Real Madrid y a la Superliga de Florentino Pérez. En la semana del fiasco del proyecto de los clubes más ricos de Europa, lo que le faltaba al presidente madridista era el Betis, que puso en discusión las bases de su iniciativa continental y dejó a su equipo un poquito más lejos del título.

Lo que hizo el cuadro de Pellegrini fue precisamente cuestionar una liga elitista y legitimar la necesidad de que en el fútbol siga primando el premio al esfuerzo. El de sus pupilos en Valdebebas no le dio para ganar al club más poderoso del orbe, pero sí para ponerla carita colorada a Zidane y a su presidente. El nuevo empate bético no viene nada mal para mantener las aspiraciones de estar en competiciones europeas, aunque el prestigio del punto obtenido y la forma de lograrlo, con buen juego y opciones de ganar, deben ser un acicate para la lucha en el tramo final liguero.

El Real Betis ya se pronunció la pasada semana en contra de la Superliga. Pero este sábado lo hizo sobre el césped, donde precisamente se discute con los pies la supremacía económica, donde los pobres pueden cuestionar la pujanza de los ricos, donde la meritocracia reserva el pasaporte para los sueños. Ese es el sitio para dejarse de delirios y edificar la grandeza. La del Real Betis, a día de hoy, está en Europa y así, desde luego, puede lograrla esta temporada.

Sal para la herida abierta de Florentino con la Superliga

Durante los noventa minutos la magia del fútbol de toda la vida rondó Valdebebas, demostrando que la diferencia de presupuesto hay que sellarla sobre el campo. El cuadro de Pellegrini tuteó al Real Madrid, tuvo similares ocasiones y le puso, con buen fútbol, un poco de sal a la herida abierta de Florentino con la Superliga. Nada de esto sería posible si los planes del presidente madridista y sus aliados hubieran fructificado en lugar de encontrarse con todo un mundo mundial en contra.

Los casi quinientos millones de presupuesto del Real Madrid no parecieron pesar más que los poco más de setenta verdiblancos. Más bien plantado que la mar sobre el césped, el Real Betis se mantuvo fiel a la filosofía de juego de Pellegrini. Cada día más ordenado y sólido, se permitió momentos de muy buen fútbol ante un Real Madrid muy ramplón.

Por momentos, casi ni se sabía quién luchaba por el título y quién por Europa. Esa igualdad retrataba una bonita metáfora de lo que el proyecto de la Superliga está empeñado en cargarse. La tuvo Guido y las tuvo Borja, como si el Betis estuviera predestinado a dar el zarpazo letal a la semana fantástica de Florentino.

El Real Madrid también las tuvo, faltaría más, aunque la más peligrosa, a cargo de Rodrygo, fuera producto más de la suerte que de la calidad. La ida y vuelta que predominó en el tramo final fue el colofón a un partido al que sólo le faltaron los goles. Lo que seguro no faltó en los hogares de los béticos fue el orgullo de ver a un equipo que hace honor al escudo que defiende.