Desde Rusia con amor

En todas las competiciones, en todas las circunstancias. El Betis sigue empeñado en explorar sus propios límites y se mantiene instalado en la cultura de las victorias. También en la Europa League, también sin Fekir ni Canales, el equipo de Manuel Pellegrini fue un competitivo y capaz de orientar la eliminatoria frente al Zenit en tierras rusas. Queda rematarla en el Benito Villamarín.

Lejos de conformarse, con pie y medio en la final de Copa y en la pelea por entrar en Champions, el Betis dio un paso adelante también en la Europa League para dejar claro que no tira ni un partido, ni una competición. Admirable el equipo de Manuel Pellegrini cruzando la frontera de mitad de febrero y cómo mantiene el hambre en los tres torneos desafiando a la propia historia heliopolitana.

En San Petesburgo, tierra de zares, el Betis exhibió su pegada para encarrilar el partido en la primera parte. Una salida fulgurante, con presión alta, la transformó en dos goles. El primero usando el arma del balón parado con un cabezazo de Guido Rodríguez tras un exquisito centro de Joaquín. El segundo con Willian José desatado desde mediocampo para sacar un latigazo desde la frontal.

Luego llegó una tormenta que colocó el empate del Zenit. Minutos de desajustes que, eso sí, no tumbaron al Betis. No lo hizo porque a este equipo nunca lo sacan del campo y a la primera que tuvo marcó. Robo y gran pase de Aitor Ruibal que habilitó la extraordinaria definición de Guardado. La segunda parte verdiblanca fue de oficio.

El oficio de un equipo competitivo, que supo guardar la ventaja sin grandes sobresaltos. Mil y una versiones de un Betis que no echó de menos a Canales y Fekir, ni siquiera a Wiliam Carvalho que partió desde el banquillo para entrar mediada la segunda mitad. Otro partido, otra competición, y los de Pellegrini mantienen el gen competitivo. No se escatiman esfuerzos.

Sin Fekir ni Canales, Pellegrini apostó por utilizar a Joaquín Sánchez como enganche. El capitán bético, que una vez más era titular en un partido de la Europa League, fue una de las siete variaciones de la alineación respecto al último compromiso ante el Levante. Sabaly, Guido Rodríguez, Guardado, Aitor Ruibal, Tello y Willian José fueron las otras.

Inmejorable fue el comienzo del Betis que con la presión alta ahogaba la salida del Zenit y pronto rondaba la meta local. Primero avisó Aitor Ruibal con un zurdazo alto (2'). Luego a balón parado se adelantaron los verdiblancos con un cabezazo de Guido Rodríguez que remataba el medido centro de Joaquín marca de la casa (7').

Willian José hacía un gran trabajo ya por entonces jugando de cara y habilitando a los compañeros. Mejor aún fue con el golazo que anotó tras arrancar desde lejos. Conducción, potencia y latigazo raso desde fuera del área al rinconcito (17'). Los rusos apenas inquietaban y Claudinho fue el primero en rematar pero su disparo fue rechazado por un defensor bético (22').

La segunda llegada del Zenit se transformó en gol. Una pelota perdida en mediocampo dio opciones a los rusos de un centro lateral desde la derecha que cabeceó al fondo de la red el gigantón Dzyuba (24'). El gol generó desconcierto en la defensa bética, que hizo aguas poco después en el 2-2 para conceder un pasillo que Malcom aprovechó para batir a Rui Silva (27').

Al Betis le faltaba control de juego en el mediocampo. Eran los minutos del Zenit y Dzyuba, otra vez de cabeza, avisó con un remate que rechazó a córner Rui Silva (35'). Claro que entonces apareció otra vez la pegada verdiblanca para establecer el 2-3. Aitor Ruibal robó y ejecutó un medido pase de calidad entre líneas que acabó por definir con maestría Guardado (40'). Los de Pellegrini se iban al descanso con ventaja en el marcador.

Control y oficio

El segundo acto comenzó con ritmo. Al Betis le tocaba controlar los arreones del Zenit que buscaba la igualada. Joaquín trataba de contemporizar cada vez que el conjunto bético tenía la pelota para bajarle velocidad al duelo. Los heliopolitanos no sufrían demasiado pese a los deseos del Zenit. Pellegrini movió entonces el banquillo con la entrada de William Carvalho y Tello por Joaquín y Juanmi.

El Betis se mostraba seguro y atento. Y si había algún fuego aparecía la velocidad de Álex Moreno para corregir cualquier susto. Sí lo fue, y tanto, el lanzamiento al larguero de Kuzyaev (66') tras una pérdida de Sabaly. Otra vez el Zenit apretaba, como en alguna fase de la primera parte. La respuesta bética fue una contra que acabó con disparo cruzado de Aitor Ruibal (68'). 

Los rusos buscaban con cambios variar el rumbo del partido ante un Betis que seguía sólido. El cuadro verdiblanco encontraba espacios a la espalda de la defensa del Zenit. Quedaba atinar con el pase final. Para los minutos finales, Borja Iglesias ocupaba la plaza de Willian José. Tello tuvo en sus botas el cuarto, tras ser habilitado por William Carvalho, pero su remate se fue desviado (82').

Bellerín entró por Aitor Ruibal, que se había vaciado con su habitual trabajo. Doble lateral con el catalán por delante de Sabaly. Más allá de algún centro lateral, que resolvió con concentración, no sufrió el Betis en el tramo final. Supo manejar los tiempos para amarrar un triunfo que orienta una eliminatoria que deberá cerrar la semana que viene en el Benito Villamarín. A toda máquina siguen los de Pellegrini.