750 efectivos velarán por la seguridad de un derbi de alto riesgo

Un total de 750 efectivos, de ellos casi 400 de Policía Nacional, velarán por la seguridad del partido de Liga entre el Sevilla FC y el Real Betis. Será el próximo domingo a las 16.15 horas en el Ramón Sánchez Pizjuán. El derbi ha sido declarado un duelo de alto riesgo.

Los representantes de ambos clubes y de las unidades de seguridad intervinientes han cerrado el dispositivo de seguridad en una reunión celebrada este viernes en la Subdelegación del Gobierno en Sevilla. El titular de este dispositivo, Carlos Toscano, lo ha calificado de "dimensionado y adaptado a las características de un encuentro declarado de alto riesgo”.

Las fases del dispositivo de seguridad

Policía Nacional, Local, 061, Bomberos y Protección Civil participarán en este plan junto con la seguridad privada de ambos clubes. Se activará la fase precrítica el sábado 26 de febrero. Durará hasta las 11:00 horas del domingo 27, cuando se pondrá en marcha la fase crítica. La idea es implementar más refuerzo de vigilancia en los alrededores del estadio de cara a la hora del derbi.

Los efectivos policiales también controlarán la concentración de aficionados en las inmediaciones. Estarán tanto en los hoteles en los que se alojan los equipos como en el traslado al estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Velarán por la seguridad de ambos equipos, directivas y árbitros, y el acceso al recinto.

Durante el encuentro, indicativos de la Unidad de Intervención de la Policía controlarán tanto el interior como el exterior del estadio, apoyados en los alrededores del recinto por la de Caballería y supervisando la inspección de los servicios de seguridad privada en el acceso de los aficionados al interior de las instalaciones deportivas.

El encuentro, además, estará sujeto a las indicaciones del protocolo de actuación para incidentes diseñado por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que prevé líneas de actuación para incidentes leves, graves y muy graves, como en el caso de un impacto de un objeto contundente en un jugador, árbitro u otra persona.

Una vez que acabe el encuentro, hay prevista una fase poscrítica para las horas posteriores al partido y durante la noche con carácter preventivo.