El Elche da un aviso a Pellegrini para la final de Copa

Algún día tiene que perder este Real Betis, estaría bueno. Lo malo es que lo hizo en un momento delicado, ante el Elche CF en la jornada 33 de LaLiga Santander. Delicado por lo que supone la derrota en la lucha por los puestos de UEFA Champions League y, sobre todo, por lo que implica en la dinámica previa a la final de la Copa del Rey del sábado ante el Valencia CF. El Elche ha dado un aviso a Pellegrini. El chileno es listo como un zorro viejo y seguro que toma buena nota.

Disputar un partido de LaLiga Santander a cuatro días de jugarte el título de la Copa del Rey tiene el mismo sentido que ponerse una mascarilla en un descampado. Dicho esto, este Betis de Pellegrini no entiende de barcos: sólo piensa en ganar, ganar y ganar. Y eso acabó penalizándolo, una vez más por los fallos individuales, porque ni se debe esperar que un rival no vaya a llegar a un balón larguísimo ni se debe dejar que otro remate el centro con tantísima comodidad delante de tu portero.

Otras veces, las más, este Betis soluciona esos errores a base de goles, aunque este martes no tuvo ni suerte ni puntería. Lo que no quita el mérito de intentarlo sin guardarse nada, sin excusas, sin pensar en lo que venga, sea una final de Copa o un partido de trámite.

Lo demostró Pellegrini ante el Elche con su alineación. El chileno, para quien ya está tardando el monumento en los aledaños del Villamarín, apostó por un once valiente. Valiente y normal, ajustado a lo que suele hacer un hombre que sabe más de fútbol que el que lo inventó. Y, por supuesto, más que Bordalás.

Pellegrini y Bordalás, dos formas de encarar la final

Mientras el entrenador del Valencia CF estuvo a punto de alinear a Kempes ante el Villarreal, Pellegrini siguió con su acertada política de rotaciones, legitimada por su magisterio pese a las lagunas que aún presenta la plantilla. Un once con diversos cambios, como siempre; una alineación con Fekir, Canales y Bartra, como casi siempre. Primero, porque ha logrado que en este equipo esté metido en la película hasta el taquillero de la ciudad deportiva y cualquiera rinde con cierta solvencia; segundo, porque no puedes descuajaringar el bloque si realmente quieres ganar un partido en esta competición, sobre todo si te estás jugando la UEFA Champions League; y tercero, porque las dinámicas son las dinámicas en el deporte profesional y mejor ganar el martes, o al menos intentarlo, que plantarte en una final de Copa del Rey habiendo hecho el indio cuatro días antes. Como le ha pasado al Valencia, por ejemplo.

El Plan del Ingeniero mantuvo su curso, el de la naturalidad, y eso hizo que el Betis no perdiera su esencia ante un Elche CF que no se jugaba la vida, pero sí ponerse las chanclas de la permanencia. Y no se sabe qué es más peligroso, si un futbolista con el agua al cuello o uno con la mujer esperando para ir a la agencia de viajes...Así, el cuadro verdiblanco hizo lo que ya se ha convertido en una bella costumbre y parece que lo único que sabe hacer: ir a ganar.

En la primera parte, fue sometiendo al Elche con paciencia de orfebre caro, pese a que a los de Francisco les faltó colgarse del larguero. Las únicas medio-oportunidades visitantes llegaron, como también es habitual, por errores individuales que en este caso se solventaron casi por sí mismos. Las del Betis tuvieron prácticamente todas el sello de Sergio Canales, ese mago del balón que ha encontrado en Heliópolis su auténtica patria futbolística.

El Elche no vino a ver la Portada de la Feria

Tras el descanso, los de Pellegrini quisieron dar el paso adelante de los toreros valientes. Se arrimaron al toro ilicitano, con el riesgo que eso conlleva cuando en defensa no eres tan bueno como en ataque. Como si el sábado fueran a La Cartuja a ver un concierto de los Rolling Stones. Incluso el técnico chileno no tardó en sacar a Joaquín, en un momento dulce de juego, para poner más leña en el asador de su fútbol. El Elche CF demostró que no venía a Sevilla a ver la Portada de la Feria. Las ocasiones de ambos equipos abrieron la veda de un partido de ida y vuelta.

No se conformó con meter a Joaquín el Ingeniero. Veinte minutos antes del final ya estaban en el césped Borja Iglesias y Tello. Y diez minutos después, Álex Moreno y William Carvalho. Más pólvora para buscar la explosión que mantuviera vivo el sueño de la UEFA Champions League y sostuviera la posición de UEFA Europa League. Ya con casi todas sus armas sobre el verde, el Betis no cejó en su intento de mantener la dinámica ganadora, el único faro que guía a este grupo.

Efectivamente, eso conlleva riesgos. Y el toro acabó cogiendo al torero. El conjunto bético no fue capaz de traducir su dominio en goles y el Elche se echó aún más atrás para salir a la contra sabiendo con qué mimbres cuenta Pellegrini en defensa. Y sabiendo que un gol le podía dar la permanencia virtual. En una de ésas, llegó el error, o los errores, y el estado de felicidad del beticismo se vio traspuesto por la agria sensación de la derrota. El aviso de Francisco y su Elche deben servir a Pellegrini para aprender una cosa con vistas al sábado: ir a ganar es magnífico, pero a veces hay que asegurarse no perder. Y quizá sacrificar la magia del fútbol bueno y competitivo por la tranquilidad de no caer doblegado.