Invictus Betis cum Gladiator Canales

Pellegrini sabe latín. Y de fútbol, ni contar. En el choque de la cuarta jornada del Grupo C de la UEFA Europa League ante la Roma, siguió con sus rotaciones, pero mantuvo a Canales, un excepcional futbolista en estado de gracia que se puso de nuevo el escudo del Real Betis como una coraza para pelear por lo máximo. Hubo empate, no victoria, si bien el punto le da al cuadro bético la clasificación matemática para la siguiente fase y lo mantiene imbatido con todas las opciones de acabar primero de grupo. Caminando firme por el continente. En latín, se dice invictus Betis cum Gladiator Canales.

Mourinho es tan lenguarón como avispado. Por mucho que haya soltado alguna pulla a Pellegrini en los últimos años, respeta al chileno y sabe mejor que nadie de su valor sentado en un banquillo. No en vano, además, lo sufrió hace sólo siete días, lo que pareció haberle servido para aprender la lección. Su catenaccio 2.0 de la semana pasada lo partió en dos el Betis con buen fútbol y efectividad goleadora. Por eso cambió el pasó de su legión romana en el Benito Villamarín.

La Roma buscó desde el inicio tener más la pelota, aunque eso tampoco se tradujera en producción ofensiva. Lo importante era que no la tuviera el Betis o que la tuviera donde no podía hacer daño. El cuadro bético, plagado de rotaciones respecto al once liguero, no se adueñó del partido como lo hiciera en la capital italiana. Apenas tuvo un tiro de Rodri en el primer cuarto de hora, donde se apreciaba lo que se estaban jugando los romanos.

Faro del Pellegrinismo

No obstante, a día de hoy el Betis tiene una figura indiscutible que es el faro del Pellegrinismo: Sergio Canales es la hostia que consagra el fútbol de este Betis del chileno. A falta del cáliz del lesionado Fekir, el cántabro instituye el credo a través del que el técnico vertebra su apostolado. Por eso (casi) siempre juega. Acumula ya ocho partidos seguidos como titular y ante la Roma se vio clara la explicación.

No se cansa de querer la pelota, no desfallece, siempre quiere más y juega al fútbol como los ángeles. Como un ángel verdiblanco. Todo lo bueno que hizo su equipo pasó por sus botas. Primero dejó solo ante el portero a Miranda en el área chica con un pase de tener ojos en las orejas. Luego, sacó su zurda a pasear para batir a Rui Patricio con la ayuda del toque en Roger Ibañez. Otro tiro suyo minutos después pudo dejar el triunfo encarrilado antes del descanso, pero salió desviado.

Empate, VAR mediante

Mientras Canales esparcía su calidad por el césped, Mourinho vio acechar el desastre y echó a la Roma para arriba. Bellotti acertó ante Claudio Bravo en el descuento tras un gran centro de Spinazzola, aunque en fuera de juego. Fue un primer aviso. El técnico portugués metió más mordiente arriba y no tardó en aflorar, porque Camara habilitó a Bellotti para el empate, VAR mediante, en el inicio de la segunda parte.

Ahí el partido terminó de equilbrarse. Pellegrini, que ya había metido a Borja Iglesias por un casi desaparecido Willian José, se dio cuenta de que una lanzada romana podía evitar una clasificación matemática para la siguiente fase que con el empate se garantizaba y quitó tanto a Canales como a Guardado, desfondados. Guido Rodríguez, colosal en Roma, y William Carvalho le dieron aire al menos en un tramo final importante.

Un tramo final tan importante como soso. El ritmo de la primera parte se apagó. Los dos equipos parecieron acomodarse con el empate. El Betis certificó su pase matemático y mantiene vivas todas sus opciones de acabar primero la fase de grupos, y la Roma se guarda así sus esperanzas de pasar como segundo si no lo estropea en las dos últimas jornadas. Todos contentos y el Villamarín, mirando ya a nuevos destinos europeos con la ilusión de un equipo invicto en el continente.