Una reacción que no llena

El sueño de la Champions League exigía una victoria. No sucedió y, aunque quedan 21 puntos en juego, la diferencia de seis que se mantiene entre el Real Betis y la Real Sociedad complica la empresa. El empate, en un duelo jugado de poder a poder y con fases para cada equipo, deja la extraña sensación de que los cuatro primeros puestos no están al alcance. El tiempo dirá.

Más allá de lo numérico, que al fin y al cabo es lo que computa, el encuentro demuestra que el Betis está vivo, que reaccionó y que es un equipo con pulso. Se levantó a lo sucedido en Pamplona, como igualmente se levantó a una primera parte bética llena de dudas, especialmente en la media hora inicial donde fue claramente superado. Otra vez un comienzo dubitativo de los de Pellegrini.

Sin embargo, tras el descanso el Betis fue otro. Coleccionó ocasiones para haberse llevado los tres puntos y conectó con la grada. Sabia la afición centenaria cuando sintió que los suyos iban a por el partido de verdad. Las ocasiones de Ayoze, o Canales, con ese remate que muchos vieron dentro pero que salió fuera por poco, lo atestiguan.

Esa reacción del Betis fue cuestión de fe, de intensidad, pero también de ajustes tácticos. Pellegrini, con un crédito ganado por sus resultados pero también por sus decisiones, decidió retrasar la posición de William Carvalho y el conjunto bético fluyó. Todo parecía más natural al compás del metrónomo portugués. Su gran socio fue Ayoze, el más completo durante el partido, también Canales.

Claro que esa mejoría no significó que la Real Sociedad no gozara de sus ocasiones. Valga como ejemplo la última, en el tiempo de añadido, cuando Rui Silva evitó el gol de Merino. Antes también las había tenido con un Kubo muy inquieto que generó problemas. Cierto es que la mejor Real Sociedad fue la de la primera parte.

Sensaciones de ir de menos a más del Betis en un noche de Feria que obligaba a ganar para seguir soñando con la Champions League. No sucedió y las opciones decrecen aunque las matemáticas aún abren un abanico notable. El caso es que el cuadro bético se reencontró con una versión más acorde a la temporada, nada que ver con la de jornadas atrás.