El accidente de la linier Guadalupe Porras con un cámara durante la disputa del Real Betis - Athletic Club de Bilbao llevó al partido en un momento del mismo a un segundo plano. Un golpe que obligó a la colegiada a ser atendida en el campo y, posteriormente, a ser llevada al hospital. Guillermo Cuadra Fernández, colegiado del partido, ordenó en ese momento al operador que se retirase de la zona por encontrarse en un lugar que ponía en "peligro la integridad física de los participantes". Sin embargo, el trabajador no hizo caso de la advertencia.
Así lo reconoció el primer colegiado en su acta. En ella recoge que, tras ese comentario al cámara, "se ha hablado durante el descanso con los directores del partido de LALIGA". Sin embargo, en la segunda parte, "dicho cámara", volvió a situarse en la misma zona y volvió a encontrarse en un lugar donde no debía estar. El árbitro expresa en el comunicado que "en una ocasión que miraba al asistente 1", percibió que el cámara molestó " a los jugadores y preparadores físicos que realizaban ejercicios de calentamiento".
Unas palabras que remarcan la crítica hacia el operador por parte del colegiado tras ser advertido en la primera parte. Una señalización que no tuvo en cuenta, a pesar de que informaran incluso a los propios directores de la retransmisión del encuentro. Cabe destacar que no fue la única voz de los protagonistas que reprobó al trabajador.
El guardameta del Athletic Club de Bilbao, Unai Simón, durante el postpartido dio un tirón de orejas al cámara recalcando que no entendía "por qué tiene que entrar ahí". Unas palabras que añadió el deseo de una pronta recuperación por parte de la colegiada que se vio obligada a abandonar el campo.