El Gran Poder, la Giralda y un traje de flamenca en el tifo del Betis para el derbi

Este domingo se demostró por qué podemos presumir de tener uno de los derbis más especiales del planeta fútbol. La ciudad se vistió de gala para disfrutar del partido más bonito del año. Barrios, amigos y hasta familias divididas por una pasión que hoy no entiende de amistades. Real Betis y Sevilla FC. El verde esperanza frente al rojo pasión. Un derbi en el que de poco importan las rachas. Mucho menos la clasificación. Unos jugándose Europa y otros con la firme pretensión de recuperar el honor. Enfrente, miles de aficionados que instauran la locura en los días previos y también en los posteriores. La rivalidad alcanza su cénit en el pitido inicial, cuando los nervios estallan y debe ser la pelota la que hable. Y para escenificarlo todo, un tifo y un ambiente infernal.

En la imagen aparecen resumidas las costumbres más arraigadas de la ciudad. El Patio de los Naranjos, un azulejo del Gran Poder, unos niños jugando al fútbol, la Giralda y un traje de flamenca. "Balompié, esencia, tradición, idiosincrasia y sevillanía", rezaba el lema del cubregradas.

La plantilla colaboró con el tifo

Como curiosidad, algunos de los futbolistas del Real Betis participaron en la confección del tifo. La grada de animación Gol Sur 1907 lleva casi un mes realizando el mismo y esta semana, a tres días del partido, Manu Fajardo acompañó a Chimy Ávila, Johnny Cardoso y Juan Miranda para dar los últimos retoques. Un acto de inclusión a la plantilla para que también conozcan cómo se vive el derbi a pie de calle.

La última vez -y casi primera que se recuerda- que un jugador participó en la realización del tifo fue en la antesala de la final de Copa del Rey. Juan Miranda también estuvo con los ultras del Real Betis pintando un cubregradas que finalmente no pudo sacarse por el fortísimo viento que hacía (se sacó después contra el Barça) por aquel entonces... pero unos días más tarde el de Olivares marcaba el penalti definitivo que le daba el título a su equipo. Quién sabe si le dará suerte de nuevo.