Las espinilleras de ‘magic Isco’ y el grito del beticismo: las claves del Chimy en El Sadar

El gran protagonista de la semana en el Real Betis Balompié está siendo Ezequiel ‘Chimy’ Ávila. El argentino marcó el gol de la victoria ante Osasuna en El Sadar, el estadio que fuera su casa y en el que recibió graves insultos.

El delantero bético quiere pasar página, pero reconoce que no le sentó nada bien lo sucedido el sábado en Pamplona. “Se me cruzaban miles de sensaciones. De repente estoy escuchando los insultos de la afición de Osasuna, que en mi mente ya está pasado. Lo dejo cerrado. Pero quiero recalcar el sonido que me llega en ese momento, ‘Chimy es de los nuestros’. Es como cuando vas con un coche eléctrico y no llega la batería. De repente, te da ese plus y es lo que me generó la afición del Betis en ese momento”.

En este sentido, explicó por qué había dedicado el gol a Adrián San Miguel su compañero y amigo en el Betis. “Me ayuda en el día a día, nos hemos hecho muy amigos. Somos vecinos. Sabía lo que pensaba cuando me saca a calentar el míster y el recibimiento de la gente no fue el apropiado. En todo momento dándome ánimos, y le dije si la Virgen me ayuda haré un gol y te vendré a buscar. Así fue”.

Además, el Chimy Ávila contó una anécdota sobre las espinilleras que usó en Pamplona el sábado. “Estaba Isco tratándose, con la bota del pie, y se quita dos gomaespumas. Dije, ‘Isco qué es esto’. Y salta Pepe, el fisio, esto es de la bota, y digo ‘me sirve de las espinilleras, magic estaba en la zurda de Isco’. Bendecidas. Esa es la espinillera que llevaba en la mano. Marqué con la zurda, eso ya no me lo quita nadie”, explicaba.

El delantero argentino analizó más asuntos del Betis y del partido.

El gol. “Sabía que Sergio Herrera siempre se tira con los pies hacia adelante, si la tiraba por bajo me la sacaba. Dije, que sea lo que la Virgen quiera. Ahí va. Me salió pegarle fuerte arriba. El instinto de un delantero es estar siempre en esa jugada y poder brindarle el gol a todos lo béticos, y eso a uno lo hace feliz.

Jugar con dos delanteros. “Parece algo muy loco, pero la última vez que jugué de doble delantero fue en Huesca. En Segunda con Rubi, con el Cucho Hernández, y después en Primera con Enric Gallego. Me sorprendió, me sentí a gusto, sentí que era mi partido. Cuando vimos un 4-4-2 dijimos, para adelante, ya estábamos en el baile y había que bailar. El míster es una persona muy inteligente. Sabía que en velocidad tanto a Catena como al otro chico le podía ganar. El Ingeniero siempre saca un as bajo la manga”.

Lo que ha encontrado en Sevilla. “El solecito. Venir al estadio del Betis y sentir el murmullo de la gente, me recordaba mucho a Sudamérica. Se juntaron muchas cosas para hacer de todo uno. Me siento contento acá, creo que no tengo techo, mientras me den la oportunidad siempre voy a defender el escudo del Betis. Hoy me debo al Betis y todo se hizo una sola pagina y es lo que me trajo hasta acá. En cuanto al club no me puedo quejar, se nota que es un club grande, que te exige para el bien. Fue todo nuevo. He estado siempre en equipos de estar en el puesto 10 y mantenerse, y este te lleva a competir a lo grande”.

Su temperamento. “Cuando las cosas no van bien me lo tomo muy a lo personal. Cuando las cosas no están saliendo como quiero, me ha costado tanto llegar a donde estoy, que me frustro mucho. A veces se me caen las lágrimas en casa”.