Modric es la irreductible aldea gala
Luka Modric fue uno de los protagonistas de la victoria del Real Madrid por 3-0 ante la Roma en el Santiago Bernabéu en la primera jornada de la fase de grupos de la Champions League. El croata no vio portería, pero dio un auténtico recital sobre el césped del coliseo madridista. Una innumerable sucesión de pases en largo y en corto, además de un gran repertorio de gestos técnicos y una ocupación de los espacios a la altura de pocos -o nadie- en el mundo.
Uno de esos grandes desplazamientos en largo del croata fue aprovechado por Bale para hacer el segundo tanto y sentenciar un encuentro que, gracias al excelente nivel mostrado por todos los futbolistas blancos entre los que él sobresalió, ya estaba encarrilado.
El croata, no tan mediático como sus rivales por hacerse con el 'The Best', sigue demostrando que está entre los mejores y la grada así lo reconoció al reclamar para él varias veces el Balón de Oro antes, durante y después de que saliera del terreno de juego al ser sustituido por Julen Lopetegui.
Modric se impuso al imperio romano y demostró que es la irreductible aldea gala. Por mucho que se lo nieguen, es tan determinante como el que más.