Un Clásico diferente
Sin Leo Messi ni Cristiano Ronaldo once años después, con el Real Madrid fuera de los puestos europeos y su entrenador, Julen Lopetegui, cuestionado; y con el Barça dispuesto a darle una buena estocada a los blancos, llega al Camp Nou un Clásico diferente.
Para el Real Madrid el duelo representa la última bala de Lopetegui. Con los jugadores sosteniendo la figura de su técnico, sin el deseo de un relevo en el banquillo, pero la necesidad de un buen resultado y un cambio de imagen para dar un giro a la dinámica y reforzar la figura cuestionada por la directiva madridista.
A la falta de gol, finalizada su racha de 8 horas y un minuto sin marcar, se le ha sumado la falta de confianza por la mala dinámica de resultados. Un punto logrado de los últimos doce. Un mes y seis días sin vencer en LaLiga Santander. Son daros que plasman su caída desde el liderato hasta quedarse fuera de puestos europeos. Vulnerable ante cualquier rival, con dos derrotas consecutivas ante equipos de otra Liga como Alavés y Levante.
El fin de su crisis de resultados con el pírrico triunfo europeo ante un rival menor como el Viktoria Plzen (2-1), fue el primer paso del intento de recuperación cuyo impulso radica en el Camp Nou. La resurrección ante el eterno rival siempre tiene mayor valor en la confianza y el Real Madrid no ha perdido en sus cuatro últimas visitas a su gran rival.
Con la idea de jugar con velocidad y contragolpear al Barcelona aparece la figura de Gareth Bale como clave. Sus problemas musculares han provocado un bajón en su rendimiento y liderazgo. Es la gran esperanza ofensiva de Lopetegui que apostará por Karim Benzema y un Isco lejos de su mejor tono físico en ataque.
La única duda del once radica en el lateral derecho, donde el Real Madrid presenta su única ausencia por lesión, Dani Carvajal. Todo apunta a que la experiencia de Nacho en estos duelos se impondrá a la juventud de Álvaro Odriozola. Una derrota puede provocar el fin de una breve etapa de Lopetegui en el banquillo madridista.
Las dinámicas y las percepciones de nada sirven ante un Clásico, un espectáculo ante el cual pocas veces vale el estado de forma o las rachas positivas de unos o de otros, ya que, como asegura el tópico, en él todo puede ocurrir.
Atendiendo a momentos y sensaciones, el Barcelona, aún sin Messi, sería favorito frente a un Real Madrid cuestionado, con un juego pobre, sin gol y con su entrenador señalado. Una victoria azulgrana abriría aún más la herida madridista, pero si los de Lopetegui ganan, las dudas cambiarían de color.
Las ausencias de Leo Messi y de Cristiano Ronaldo, los grandes referentes de ambos equipos, marcan el duelo. En el caso del azulgrana por una lesión en el radio del brazo derecho, en el del portugués porque abandonó la entidad merengue para emprender nuevos retos en el Juventus de Turín. Los dos monopolizaron el Clásico desde la temporada 2009/10. Dominadores del mundo, fueron la imagen del partido en todo el planeta. En los 32 precedentes no se perdieron ninguno. En el bagaje goleador, Leo superó a Cristiano por 20-18.
Y la prueba de que las percepciones son un brindis al sol en los clásicos se demuestra a partir de la estadística, ya que en la última década el Barça ha conseguido mejores resultados en el Santiago Bernabéu que el Real Madrid y los blancos han logrado sumar más que los azulgrana en el Camp Nou.
La principal incógnita del equipo de Ernesto Valverde volverá a estar en quien sustituirá en el once a Leo Messi. Todo apunta a que tras el positivo ensayo ante el Inter de Milán, el Barça repita once y sea Rafinha Alcántara el que ocupe el lugar del argentino.
Sin Messi, el Barça fue un equipo más coral, con más despliegue físico, la línea de presión más adelantada y también necesitó la implicación de más jugadores. Pidió Valverde un paso al frente y muchos lo dieron, como Luis Suárez o incluso Rafinha Alcántara.
Ante el Inter, el Barça dejó a cero su portería después de muchos partidos (2-0), y mostró una gran fiabilidad frente a un rival con muchos recursos en ataque, con físico y mucho oficio. Ese partido sirvió, además, para que el gran público alabara la actuación de Arthur Melo, el brasileño fichado procedente del Gremio de Porto Alegre y que se convirtió en un de los mejores ante el Inter.
Entre los muchos alicientes que tiene el partido está también una estadística negativa de Ernesto Valverde, ya que desde dirige al Barça, los azulgrana no han ganado al Real Madrid en el Camp Nou, y para la historia quedará que el de mañana será el primer Clásico en el que se utilizará el VAR.