Naufragio y adiós al liderato
El RCD Mallorca derrotó al Real Madrid por 1-0 en el estadio Son Moix con un gol del marfileño Lago Júnior en la primera parte, sumando tres puntos de oro en su lucha por abandonar la zona de descenso ante un rival que se dejó el liderato en la isla -el Barça está al frente de la clasificación - y su condición de invicto en LaLiga Santander.
Las ausencias de jugadores importantes, por lesión o decisión técnica, condenaron al equipo de Zinedine Zidane en Palma, donde no perdía desde la temporada 2012-2013.
También, en la derrota madridista influyó la expulsión de Álvaro Odriozola por doble tarjeta amarilla en el minuto 74.
El gol de Lago Júnior fue suficiente para que la afición mallorquinista, que llenó Son Moix, celebrara un triunfo, el tercero de la temporada, ganado a pulso.El Real Madrid, con marcado acento brasileño- Militao, Marcelo, Casemiro, Vinicius en el once, y Rodrygo en el banquillo- reservó a jugadores determinantes en sus filas.
Con la mente puesta en Estambul donde le espera el Galatasaray en la Champions, y obligado por las lesiones, y también por decisiones técnicas, Zinedine Zidane alineó a un once inédito en Son Moix.
En todas las líneas del líder invicto hubo novedades: Courtois, Odriozola, Militao, Marcelo, Isco, Jovic y Vinicius salieron al campo con el objetivo aprovechar la oportunidad de jugar desde el inicio del partido.
La incógnita era saber si el Real Madrid iba a perder calidad con las ausencias futbolistas tan importantes como Carvajal, Varane, Modric, Kroos, Bale y Hazard. Pero esa duda empezó a despejarse nada más ponerse el balón en circulación.
El Madrid tuvo el control del balón, se acercó con un remate de Isco, pero el Mallorca asestó el primer gol en su primera llegada al área rival.
El marfileño Lago Júnior encaró a Odriozola, se perfiló hacia la derecha y engatilló un disparo cruzado que superó a un sorprendido Courtois.
El Mallorca, con el mismo bloque de los dos ascensos, salvo el ex madridista Aleix Febas, ya estaba en ventaja, cumpliendo con su primer objetivo: no repetir la horrorosa primera parte que hizo en la derrota ante el Atlético de Madrid (0-2).
En ese partido regaló los primeros 45 minutos, salió encogido y profesando un respeto excesivo a su rival.
Esta noche fue diferente. Jugando a un nivel altísimo, que no se había visto esta temporada en Son Moix, el Mallorca dejó en evidencia a un Real Madrid inicialmente sin chispa, desconocido.
Los bermellones llegaban siempre con peligro. En el minuto 14, el colegiado anuló un gol al croata Ante Budimir por un fuera de juego claro, que no necesitó la revisión del VAR.
Un minuto más tarde, James impidió en última instancia el remate de Fran Gámez a bocajarro.
El festival en el terreno de juego era mallorquinista, con unas gradas absolutamente volcadas con su equipo.
El Real Madrid era un poema. No se aclaraba Isco, era intrascendente James, no aparecía Benzema - aunque estrelló un balón en el larguero (min. 26)- y Vinícius seguía a lo suyo, llegando con peligro pero con la puntería totalmente desviada.
Con el paso de los minutos, el equipo de Zidane fue corrigiendo errores, presionó más y empezó a relucir la velocidad endiablada de Vinícius, que cargó con un a tarjeta amarilla a su marcador, Joan Sastre. Moreno quiso corregir esa circunstancia y cambió de banda a Sastre, que pasó a la izquierda y Fran Gámez a la derecha.
En la reanudación, el ghanés Lumor sustituyó a Sastre. El Real Madrid puso cerco a la portería de Reina en busca del empate en los segundos 45 minutos.
Ahora sí, los futbolistas de Zidane se pusieron manos a la obra para enmendar un resultado pésimo para sus intereses y que les dejaba sin liderato, tras el triunfo del Barça ante el Eibar.
El Mallorca se defendió con orden del asedio constante de un Madrid, que pese a todo, no llegaba con claridad, aun que Zidane intentó arreglarlo (min. 65) dando entrada a Valverde y Rodrygo por Jovic e Isco.
Rodrygo se situó a la derecha y Valverde jugó más adelantado, por detrás de Benzema y Vinícius.
Moreno respondió con Take Kubo en el sitio de Aleix Febas y tuvo sus opciones ante un rival lanzado al ataque y que dejaba espacios atrás.
El reloj corría a favor de los bermellones, empujados por el ruido de las gradas y favorecidos, además, por la expulsión de Odriozola en el minuto 74.
El lateral vasco entró a destiempo a Lago Júnior -sustituido poco después- y se ganó a pulso la segunda tarjeta amarilla.
Con inferioridad en el terreno de juego, los madridistas no cejaron en su empeño de igualar el marcador.
Lo intentaron de todas las maneras, pero siempre se encontraron con la respuesta firme de un Mallorca que da un paso decisivo en su lucha por salir del pozo de la clasificación.
La derrota deja tocado a un Madrid que no dio la talla en Palma. Ante un rival que ocupaba un puesto en la zona de descenso se dejó el liderato y su condición de invicto.