El Galatasaray sorprende a un Real Madrid que ya no es líder (2-4)
El Real Madrid, en los último cinco minutos finales, vio esfumado este miércoles su impecable pleno de victorias contra el Galatasaray (2-4), en un encuentro en el que se mostró bastante superior sobre el campo, pero pagó cara su falta de efectividad frente a un conjunto turco que aprovechó muy bien sus opciones.
Una derrota que, por diferencia de goles, despoja al equipo madridista del liderato del Grupo A de la fase de grupos de la Liga de Campeones Juvenil, a falta de dos jornadas.
No logró la cuarta victoria consecutiva el hasta entonces imbatido Real Madrid, al que una victoria en casa esta tarde le hubiese otorgado como mínimo la opción de acceder a los play off como segundo clasificado. El equipo madrileño se jugará por tanto en las dos jornadas siguientes su pase como primero con el Brujas, que con su victoria ante el PSG (0-4) le iguala en la clasificación con 9 puntos y le arrebata además el liderato de grupo (+4 los belgas, +3 los madridistas).
Advertidos del aguerrido planteamiento de los turcos, que no perdieron la cara en Estambul hasta el último minuto de encuentro (0-1), el cuadro de Dani Poyatos impuso pronto su ley en el Alfredo Di Stéfano. Apenas dos minutos le hicieron falta al central Armenteros para perforar la meta otomana aprovechando un gran centro de Baeza. Ventaja que se esfumó antes de la media hora cuando Lus transformaba una pena máxima señalada por mano de Sintes en el área.
En una lucha de igual a igual, con ocasiones en las dos áreas, fueron los locales quien más cerca estuvieron de volver a adelantarse antes del descanso, pero ni Baeza ni Jordi acertaron con sus disparos. Una amnistía ante la meta de Balaban que los madridistan pagaron con un nuevo penalti en contra. El capitán turco Yunus Akgün no perdonaba y establecía desde los once metros el 1-2 que no se correspondía con lo visto sobre el césped del Di Stéfano.
Un severo castigo que anestesió por momentos a los de Poyatos, encomendados a los destellos de Baeza y a su superioridad técnica. Pero sería el capitán blanco Miguel Gutiérrez el encargado de poner de nuevo las tablas con un potente zurdazo que dio alas a los suyos y les hizo creer en la remontada. A partir de ahí se sucedieron sin acierto las ocasiones locales, haciendo una vez más manifiesta la manida ley del fútbol: si perdonas, lo acabas pagando.
Más pendientes de prorrogar el pleno de victorias que de proteger el resultado, un despiste de la zaga local agravado con un mal despeje de Santos era aprovechado por Yildirim para poner el 2-3 a falta de cinco minutos para el final.
Inesperado mazazo que tendría réplica con el cabezazo de Arslan a la salida de un córner, decretando en el último minuto la revancha de un Galatasaray al que ni la expulsión de su capitán quitaría la alegría de dejar de ser colista.