Miguel Torres desvela la anécdota entre Van Nistelrooy y José Antonio Reyes: “¿Cómo puede ser que a ti te entienda?”

José Antonio Reyes fue una leyenda del fútbol español. Salió de la cantera del Sevilla, pero rápido el Arsenal se fijaría en él al ver su proyección. Tras dos años en el equipo de la Premier, el jugador fichó por el Real Madrid. Estos dos equipos se enfrentan ahora en los cuartos de la Champions y Miguel Torres, que compartió vestuario con él, ha recordado en una entrevista en el ‘diario AS’ algunas de las anécdotas que vivió a su lado.

En ese año que estuvo en el Madrid coincidió con Ruud van Nistelrooy y de ellos dos relataba una anécdota Miguel Torres. El neerlandés acaba de llegar a España también y apenas se hacía con el idioma y a veces le costaba entender a Reyes.

"Me vino un día y me dijo: ‘Miguel, ¿cómo puede ser que a ti te entienda perfectamente cuando hablas español y a Reyes no lo entienda, si sois todos españoles?’ Y yo le contesté: ’Tranquilo, Ruud, que yo tampoco le entiendo a veces’",

"Tenía un acento andaluz bastante cerrado, y dentro de su espontaneidad, tenía una forma de hablar muy divertida, les hacía chistes a todos. Entonces los extranjeros eran difícil que le entendieran. Más allá de que había estado en Inglaterra algún tiempo… tampoco había aprendido mucho inglés", decía al respecto.

El paso de José Antonio Reyes por el Madrid

José Antonio Reyes estuvo solo una temporada en el Real Madrid y apenas tuvo protagonismo, pero los fogonazos que tuvo en el equipo blanco valieron un título. Su doblete ante el Mallorca hizo que el club ganara su Liga número 30.

“En ese último partido ante el Mallorca, Reyes demostró que era un jugador hecho para jugar en el Real Madrid, que tenía la personalidad suficiente como para en esos momentos pedir la pelota, enfrentarse al rival y sobre todo demostrar el buen golpeo que tenía por la izquierda”, dijo Miguel Torres sobre el paso del utrerano por el club blanco.

El jugador era muy querido en el vestuario y su escaso tiempo no impidió a que los compañeros le cogieran un tremendo cariño. “Para nada era un compañero que tuviera envidia por cualquier otro, intentaba siempre sumar. Creo que la manera en la que le valorábamos en ese momento era muy alta”.