El especialista en ascensos
Recién finalizada la temporada 2011-12 nadie sabía que iba a pasar con el futuro del Oviedo. El equipo fracasó en su intento de clasificarse para disputar el playoff y muchos jugadores ante la situación de indefinición dentro del club decidieron buscar otros destinos. Los casos más recordados fueron los de Juanma y Nano, pero uno de los más dolorosos fue la salida del canterano Pelayo. Dos años después, el centrocampista acumula dos ascensos a Primera División y ahora buscará su oportunidad en el Elche.
Para una persona que se formó en las categorías inferiores azules salir de su club fue duro, “me hubiese gustado crecer con el equipo, ir subiendo categorías juntos, pero no pudo ser”. Eso no hace que pierda un ápice de amor por su escudo, “del Oviedo voy a ser toda mi vida, da igual donde esté, lo que viví aquí es difícil repetirlo en otros sitios porque los componentes emocionales son muy grandes”.
Cuando sus maletas estaban casi cerradas para emprender viaje hacia Vigo -tenía una oferta del Celta para reforzar su filial- llegó una llamada que le iba a cambiar los planes. “El Elche se había interesado por mí y me hicieron una propuesta. La opción de jugar en Segunda A era una gran oportunidad, por eso ”, elegí esa opción Pelayo.
El futuro le tenía reservada una bonita sorpresa. Aunque cada temporada el elche partía como uno de los candidatos a pelear por el ascenso, casi siempre fallaba. Por fortuna para Pelayo la historia cambió. "Empezamos muy bien la temporada, nos pusimos al frente de la clasificación y conseguimos un ascenso que muy pocos creían al principio del campeonato", reconoció el ovetense.
Las sensaciones experimentadas fueron inmejorables, "había disfrutado el ascenso de Mallorca con el Oviedo y lógicamente ese tiene unos condicionantes emocionales muy fuertes", reconoce Pelayo, "ver a toda la ciudad en la calle festejando el acenso a Primera también fue una sensación increíble".
Con el equipo en Primera División, Pelayo tenía la esperanza de poder estrenarse en la elite, pero Fran Escribá decidió que era mejor que saliese cedido. "Fueron muy claros, las opciones para jugar era pocas y yo prefería buscar una cesión que me diese minutos y que me permitiese volver". Apareció el Córdoba y Pelayo aceptó esa propuesta.
La temporada no fue fácil para él. "Llegué muy tarde al equipo y me costó hacerme con un puesto y luego no tuve nada de suerte con las lesiones", recordó Pelayo. Un cambio en el banquillo y la llegada de Albert Ferrer cambió la dinámica del equipo que acabó metiéndose en el playoff y logrando el ascenso de forma agónica y con Pelayo como protagonista, "me recuperé en el último momento y tuve la suerte de entrar en los minutos finales y poner el centro que sirvió para marcar el gol del ascenso".
Ahora, con esos dos éxitos en su mochila afronta una nueva temporada. La próxima semana está citado en Elche para comenzar la pretemporada, "mi idea es pelear por tener un hueco en el, equipo", pero si eso no pasa abrirá la puerta a una nueva cesión, "lo más importante es poder jugar y acumular minutos". Viéndole rodeado de los asistentes al campus del Oviedo una pregunta flota en el aire y los niños se la hacen: ¿Volverías a jugar en el Oviedo? La respuesta también es obvia: "Me encantaría, es mi equipo pero nunca sabes lo que va a pasar en el futuro, lo que tenéis que hacer vosotros es entrenar mucho para poder llegar a jugar en el primer equipo como hice yo o como hace Cervero". Aunque su posible vuelta es más un sueño que una posibilidad real, Pelayo sí tiene claro lo que desea: "Ojalá que la temporada que viene sea la definitiva para conseguir ese ascenso que ya nos merecemos hace mucho tiempo".
El especialista en ascensos seguirá demostrando que El Requexón fabrica jugadores preparados para triunfar en el fútbol profesional. Cazorla, Mata, Michu o Adrián lideran la nómina de ilustres canteranos azules y Pelayo quiere hacerse también su hueco en el panorama nacional.
