Triunfo en casa para un Oviedo que vence a la igualdad

Real Oviedo y AD Alcorcón se batieron en un duelo por la suma de puntos en la parte noble de la tabla, pero el conjunto carbayón demostró su saber hacer en área contraria y acabó por anotar tres dianas que le devuelven a la senda de la victoria en casa. Los de Egea pasaron apuros frente a un Alcorcón que lo intentó pero finalmente supieron compensar con goles las pérdidas de posesión.

La primera del Oviedo fue un disparo de Koné tras un pase de espaldas de Toché, el marfileño, con cuatro jugadores del Alcorcón por delante, opta por el disparo lejano y aunque no sale muy fuerte, sorprende al meta rival y fuerza la estirada de Dmitrovic. Anteriormente la habían tenido los amarillos, que llegaron en un par de ocasiones con bastante criterio al área oviedista, en una buena acción personal de Nelson primero, y con un centro de Natxo Insa después, balón que nadie rebaña en el área pequeña y placa Esteban.
Sería el conjunto carbayón quien encontraría el gol, tas un disparo lejano de Susaeta, que lo ve claro y arma la pierna desde la frontal del área. El balón pega en el poste izquierdo de la portería tras una nueva estirada de Dmitrovic, que nada puede hacer ante la ejecución magistral de Toché en el área pequeña, que cruza el balón y lo introduce en la portería por el palo largo del portero.
Con el uno a cero en el marcador el Alcorcón se vio obligado a ir hacia adelante y el Oviedo recolocó líneas buscando ese orden en defensa que Egea quería mostrar en casa pese a buscar claramente el triunfo con sus esquemas. Los madrileños tuvieron ocasión de marcar, a los pocos minutos
Jugada que comienza con un balón bombeado de Erice, muy acertado en este tipo de acciones, y que Toché desvía, de espaldas a la portería, al lado izquierdo del ataque azul, por donde entra como una bala Koné pero sin llegar a ver puerta con su disparo. El peligro que generaba el Oviedo iba a más pese a ir por delante en el marcador y daba muestra, tanto en juego como en balón parado, de que no se conformaba con la victoria por la mínima.
El Alcorcón juntó líneas y se lanzó a rondar el área de Esteban, sobre todo con acciones a balón parado. El conjunto amarillo ató desde un principio a Kone, dejando con el delantero azul casi en todo momento dos defensas. El Oviedo atrás se mostró generoso en las ayudas, pero descuidó la parcela creativa en torno a la media hora de juego, que se limitó a intentar poner balones bombeados a Toché entre los dos centrales, por lo que mermó su posesión de balón e hizo que el juego se volcara en su mitad de campo.
En una de esas acciones, una mala entrega atrás de Néstor Susaeta estuvo a punto de ser aprovechada por David, que interceptó el balón en el área pequeña, pero Esteban cubrió el ángulo y placo el disparo del delantero, que además envió el rechace él mismo por la línea de fondo. Peña aprovechó la jugada para animar a Susaeta por el fallo y arengar a la grada a apoyar más aún al equipo en esos momentos de duda azul y acierto madrileño.
La mala suerte se cebó con Héctor Verdés, que se lesionó tras una acción con un jugador del Alcorcón y tuvo que abandonar el terreno de juego, sin poder completar el partido frente a su ex equipo. En su lugar entró Cristian Rivera, que ocupó el centro del campo, retrasando a Jonathan Vila a la posición de central.
El Alcorcón lo siguió intentando en los últimos compases de la primera parte, y pudo empatar tras un robo en la frontal del área de Insa, pero el tiro de Óscar Plano se fue alto, desviado por Esteban. Los madrileños se hicieron con el centro del campo y se volcaron en área rival, teniendo la ocasión más clara del partido en el último minuto. Hasta en dos ocasiones salvó Esteban al Real Oviedo del empate en el añadido, la primero con un mano que evita que el centro llegue a un rematador rival, y en la segunda, blocando el balón con la cara tras un disparo a bocajarro de David.
La segunda parte comenzó con cambios por parte del Alcorcón, que dio entrada a Collantes en el terreno de juego, y con oportunidad clara para el Real Oviedo, que tuvo en un centro de Susaeta que remata al segundo palo Toché, una ocasión manifiesta para ampliar el marcador. El cabeceo orientado del delantero se va fuera por poco.
El guion de la segunda parte, sin embargo, estaría manejado por el Alcorcón, que se lanzó a por el empate sin llegar a rematar con peligro, pero idéntico juego que en la primera parte: volcado en área rival y haciéndose con la posesión de la pelota.
Una contra del Oviedo, en la que Toché presiona al portero, y Hervías se hace con su despeje, pudo acabar en gol, pero el centro del riojano que remató el delantero, lo sacó Dmitrivic. En la jugada siguiente no iba a volver a perdonar Toché, que batió al meta amarillo en el área tras un buen pase de Koné. Ponía así el segundo en el marcador y en su cuenta personal antes de retirarse del campo, entre aplausos, para dar entrada a Font.
La grada y el Real Oviedo se vinieron arriba, y tras el gol, que dio aire al equipo, encerrado atrás hasta entonces, volvió a disputar y manejar más la pelota, sin perder verticalidad. Pudo anotar incluso el tercero en una falta sobre Susaeta que ejecuta el mismo centrocampista, pero el remate al segundo palo de Peña lo despeja Dmitrovic de la portería.
Pese a todo no sería un final de partido tranquilo para el Oviedo, ya que apenas diez minutos más tarde, el Alcorcón recortaba distancias en el marcado en el saque lateral de un falta que remata de cabeza Román y envía al fondo de la portería defendida por Esteban. El mismo jugador podría haber logrado el empate en la siguiente jugada, pero, tras rematar libre de marca en el área, su potente disparo se estrelló en el larguero.
El destino sería caprichoso, y este Oviedo ha demostrado más de una vez que cuando se ordena, en ataque es letal. Tras el peligro creado por el Alcorcón de nuevo volvería a alejarse en el marcador tras una falta pitada sobre Koné y que ejecutó Susaeta. Pese a que el tiro pegó en la defensa, el vasco se hizo con el rechace y apuró hasta línea de fondo, desde donde puso un centro que Cristian Rivera remató con absoluta solvencia en carrera, batiendo a Dmitrovic.
Con dos goles de desventaja la hazaña del Alcorcón se hizo más complicada, pero el conjunto amarillo siguió intentándolo y consiguió acortar distancias en el añadido. Un saque de córner que remata David hizo soñar a los visitantes con que se alargara el partido, pero en la jugada siguiente, cumplido el añadido, el árbitro decretó el final del partido.
El Real Oviedo por fin vence de nuevo ante su gente, y aunque concediendo mucho protagonismo al rival, confirma que cuando las cosas funcionan es un equipo letal en una categoría tan igualada como la segunda división.