La zaga se asienta

Del partido del Real Oviedo ante el Tenerife se extraen varias conclusiones positivas, a parte del resultado. Una de ellas es el hecho de volver a dejar la portería a cero, por segundo partido consecutivo en el Carlos Tartiere. El lunar fue el partido de Soria, donde se encajaron dos goles pese a conseguir la victoria. La nota común de esos tres últimos partidos es la defensa, que se ha repetido en los tres encuentros, algo poco habitual esta campaña.

A lo largo de toda la temporada, el Oviedo no ha acabado de encontrar las sensaciones defensivas óptimas, y no será porque Anquela no ha probado alternativas. Las bajas y las constantes malas sensaciones han hecho que a lo largo de la temporada la defensa no haya tenido la continuidad deseada. En los tres últimos partidos, teniendo en cuenta incluso la victoria en Soria en la que los azules encajaron dos goles, la zaga ha sido la misma.

Parte importante de esa repetición en defensa ha sido la vuelta de Carlos Hernández. El central andaluz ha dado el plus necesario a la defensa, sobre todo en los balones aéreos. Ante el Numancia, el equipo carbayón se defendió de numerosos centros laterales de manera solvente. Los tres centrales, con el propio Carlos unido a Oswaldo Alanís y Christian Fernández, escoltados por Diegui Johannesson y Javi Hernández en los laterales han dotado al Oviedo de la solidez buscada por Anquela.

Llama la atención la ausencia en ese esquema de Mossa, que tras caer por sanción del once contra el Málaga, no ha recuperado el puesto que ocupa Javi Hernández. Tendrá oportunidad de recuperarlo en el próximo partido, pero sería por delante, en la línea ofensiva ante las posibles bajas de Viti y Omar Ramos, unidad a la de Saúl Berjón. La primera vuelta acaba de terminar, pero no es tarde para acabar de encontrar las soluciones en la zaga. El Oviedo tiene balance negativo, con dos goles más encajados que anotados, algo que se espera solucionar de cara a seguir creciendo.