Las dificultades del mercado
El Real Oviedo afronta una de las semanas más tranquilas de los últimos meses. La victoria contra el Albacete ha permitido a los azules salir de los puestos de descenso y engancharse a una serie de equipos que están intentando, sin éxito por el momento, alejarse de las posiciones peligrosas de la tabla.
También ha llegado la calma a los despachos, después de pasar unos días de trabajo sin horarios, como reconoció Arnau en la rueda de prensa del martes. El equipo tenía un déficit en la plantilla antes de la ventana invernal y se ha paliado con cinco incorporaciones y cuatro salidas.
Las dificultades que se ha encontrado el director deportivo para realizar estas operaciones han estado relacionadas con el tope salarial. La entidad azul tenía muy poco margen de maniobra y tenía que encontrar ingresos extra. Estas partidas dependían fundamentalmente de la salida de jugadores que liberasen salario y de los contratos de patrocinio. La tercera vía habría sido ampliar el capital social, pero fue descartada por el club en el mes de diciembre.
El Oviedo parece haber aprendido de los errores del pasado, prolongando contratos más allá del tiempo recomendable o por objetivos fáciles de cumplir. En junio una gran parte de los futbolistas terminan contrato y será cerca de este mes cuando se valore su continuidad. Esto también tiene un riesgo porque en los seis últimos meses de contrato, los jugadores pueden negociar su futuro con otros equipos.
