Esta Real va en serio en la Copa
La Real este año va en serio en la Copa. Eso al menos es lo que ha demostrado en los diecisesiavos de final ante un Celta de Vigo que demostró lo contrario viendo al menos la alineación que sacó Cardoso de inicio.
Garitano lo avisó: "la Copa es como los exámenes. Si lo planteas el día antes...". Y no, la Real se había preparado a conciencia este encuentro. Incluso habiéndose enfrentado a este equipo apenas dos semanas antes, los donostiarras salieron a ganar y o dejarse sorprender. No especularon con su ventaja del 1-1 de la ida. "¿Alguien sabe cómo se juega al 0-0?, dijo también el técnico de Bergara. Y asi se demostró sobre el terreno de juego.
La Real puso el juego y la ilusión, el Celta... se limitó a comparecer. Por cierto, los gipuzkoanos lograron su segunda victoria consecutiva en Anoeta, y de nuevo ante el mismo rival. Quedó claro en el Benito Villamarín. Pese a la derrota, los txuri urdin han encontrado el camino para gustar y para gustarse. Para coger confianza, Para crecer. Y así es más fácil que lleguen los éxitos aunque de vez en cuando llegue algún bache.
La Real está en octavos con todo merecimiento. Misión cumplida. Había que pasar, y se pasó. Sin tarjetas ni lesionados. Con golazos y a un gran nivel.
Dos golazos para ver en bucle
El partido comenzó con un Celta con mayor movilidad, pese a que su técnico sorprendió con el once titular dejando a Hugo Mallo, Brais Méndez, Maxi Gómez y Aspas en el banquillo, pasando a ser Pione Sisto y Emre Mor los hombres más peligrosos.
A los tres minutos Okay probó fortuna con un disparo desde el borde del área, que se marchó por encima del larguero, y un minuto después los celestes provocaban el primer córner. A la Real le duraba poco el balón, sin embargo Januzaj lanzó una buena contra para romper la inercia del partido a los ocho minutos, una pared entre el belga y Zurutuza que dejó solo al internacional, pero su asistencia no fue buena.
Los txuri urdin consiguieron el primer saque de esquina en el minuto 9... y el gol en el 10. Perdón, mejor dicho, la obra de arte de Mikel Oyarzabal que partido a partido va demostrando que va a más. Sergio Álvarez despejó el córner de puños, el balón le cayó al eibarrés en la frontal, controló con el pecho y de primeras sin que cayera al suelo sacó un voleón que se coló por toda la escuadra. Uno de esos goles como para ver en bucle y no cansarse.
La Real mejoró tras el gol y se hizo con el control del partido. Eso sí, sin confianzas ya que el Celta seguía necesitando un solo tanto para igualar la eliminatoria. Las sensaciones no obstante eran otras. Los donostiarras movían bien el esférico, y a los celestes, en este partido de morado, se les notaba tocados tras el 1-0.
Pudo llegar el 2-0 en el 19 por medio de Janu, pero su tiro cruzado lo detuvo en este caso el meta visitante. Y como se quedó con ganas y debió darle envidia el golazo de Oyarzabal, el 'mago' decidió hacer su truco de magia en el minuto 27. La Real robó la pelota en tres cuartos del campo, le llegó el balón al belga dentro del área, se acomodó, recortó hacia dentro y disparó como a él le gusta, cruzado, con su pierna izquierda y colocándola en el palo largo en toda la escuadra. Si el primer tanto fue alucinante, este segundo también fue como para repetir adjetivo.
La Real era 'querer', y plantarse muy fácil en la meta de Sergio Álvarez. Por el contrario, el conjunto dirigido por Miguel Cardoso se encomendaba a la calidad de Emre Mor o Pione Sisto para asustar a los de Garitano.
Al Celta se le habían acabado las ideas del inicio del partido, o más bien el la intención de los primeros minutos. En cambio la Real estaba completando una gran primera parte.
Increiblemente el colegiado no pitó nada en una jugada en la que Juanmi se fue por velocidad para encarar a Sergio Álvarez, cuando se topó con Cabral que le impidió avanzar agarrándole por la espalda. Sánchez Martínez no señaló ni falta ni mostró cartulina.
La primera parte no dio para más. Un primer tiempo en el que la Real jugó bien, aunque al comienzo del partido le costó un poco más, pero tras el golazo de Oyarzabal el encuentro solo tuvo color blanquiazul. Los donostiarras mejoraron y buscaron la portería contraria. Otro chicharrazo de Januzaj puso la eliminatoria muy encarrilada de cara a la segunda parte que arrancaba con un 2-0 en el luminoso.
Segundo tiempo controlado
El segundo tiempo empezó sin cambios en ningún equipo. Aunque a los siete de la reanudación Garitano se vio obligado a introducir a Zubeldia ya que Zurutuza estaba un poco renqueante.
Próxima eliminatoria
La Real estará en el bombo del próximo jueves día 13 en Las Rozas. Será para conocer a su rival de octavos. Poco a poco la Copa comienza a coger 'calorcito' y empieza a llegar lo bueno. Puede ser un año bonito de los txuri urdin en esta competición, al menos, con esa ilusión se fue la afición de Anoeta. Pero antes... el Valladolid. Sera el domingo a partir de las 20.30 horas. ¡A por la tercera en casa!
El Celta, pese a la entrada de Maxi Gómez, no terminaba de animarse al ataque y sus aproximaciones eran muy estériles. Moyá, afortunadamente, se estaba aburriendo bastante.
En 20 minutos de segundo tiempo no había pasado nada. El partido era muy plácido para la Real, tanto que Oyarzabal trató de animarlo un poco con otro zapatazo similar al del primer tanto. Esta vez en lugar de controlar le pegó de primeras y su chutazo se marchó rozando el palo.
Cardoso apostó finalmente por intentarlo al menos, e introdujo a Iago Aspas. Casualidad o no, fue salir el futbolista de Moaña y lograr el Celta dos saques de esquina consecutivos.
La Real se dosificaba viéndose con el marcador a favor y sabiendo que el domingo hay de nuevo partido. El segundo tiempo no tenía nada que ver con el primero, si bien la entrada de los 'buenos' en el equipo vigués se notó, aunque simplemente fuera por empuje y calidad. Pero el conjunto donostiarra no quiso complicaciones y jugó con cabeza.
El marcador no se movió más, y fue el Celta quien pagó a la Real a esta ronda, que no la desaprovechó. Buen trago para colarse en octavos. Este año, por fin, parece que la Copa va en serio...