Cuando el futbolista fichó por el Real Madrid, su padre se trasladó hasta la capital de España donde comenzó a ejercer del alevín B del club madrileño, un trabajo por el que cobraba una cifra que rondaba el millón de euros, que comprendía lo que percibía como salario de entrenador (100.000 euros) y lo que computaba como bonificación por contrato que ascendía hasta los 900.000 euros.

Esta situación se prolongó hasta junio de 2018, fecha hasta la que Martin Odegaard estuvo vinculado al Real Madrid, antes de su primera renovación. Cabe recordaf que el noruego volvió a ampliar su contrato con el conjunto blanco antes de llegar cedido a la Real para las dos próximas temporadas.