César Ferrando, la última bala del Albacete

Hablar de César Ferrando en el Albacete Balompié es hacerlo de un histórico del club manchego. Cuando hace un par de meses el club decidió prescindir de Luis César Sampedro, entrenador del equipo desde abril de 2013 al sustituir al ex blanquivioleta Antonio Gómez, la apuesta fue clara. "De histórico a histórico", que decía una web de la ciudad. El equipo tenía que afrontar la parte final de la temporada con tranquilidad y personalidad y nadie mejor que su expreparador. No había opción mejor que aquél que dejó el Carlos Belmonte en 2004 para llegar hasta el Vicente Calderón.

 

Nueve años después

Tras una andadura de una temporada en el club rojiblanco, Ferrando regresó dos temporadas al Albacete. Más tarde vivió tres campañas en el Gimnástic de Tarragona para luego vivir una breve etapa en el Martínez Valero tras la destitución de Pepe Bordalás en 2012. Tras estos cambios en su carrera, y antes de emprender su tercera etapa en el Albacete, el valenciano de 56 años vivió la experiencia del Johor FC de Malasia.
Después de este exitoso paso, regresó el pasado mes de marzo a su casa futbolística. Le esperaban con ganas pero, también con ilusiones y esperanzas. Tenía una toro muy complejo que lidiar y, por el momento, no lo está consiguiendo. Pese a recortar la diferencia con la salvación en dos puntos, el partido del José Zorrilla es vital para él y el equipo. El equipo se juega un gran porcentaje de su futuro en la visita a Valladolid.
Con una victoria, el equipo pelearía hasta el final. Con una derrota o un empate, el final estaría cerca. Lo estaría porque, aunque sus números no son malos tras obtener 10 puntos de 24 posibles, las cuatro derrotas en este comienzo de andadura están lastrando mucho al equipo. El Albacete necesita victorias y la primera debe ser ante un Real Valladolid que también vive ahogado por la presión. Como en el José Zorrilla, donde a Alberto López se le ha marcado como la última bala para intentar salvar una triste y lamentable temporada, César Ferrando fue reclutado por la directiva manchega para que usara su caché y su nombre en la ciudad e intentara salvar al equipo y reflotar un ambiente entristecido.