El "cañón" sin destellos que conseguía puntos

En muchas ocasiones los jugadores son presos del pago que se hizo por sus fichajes. Manucho Gonçalves o Alberto Bueno, sin ir más lejos, no eran examinados en el Real Valladolid por la calidad de su juego o por sus goles. Todo examen tenía su base en el dinero que Roberto Olabe pagó por ellos. La exigencia era más alta. Una situación similar a estos dos delanteros ha tenido Pedro Tiba en su temporada de cesión en el Pucela.

 
El jugador portugués fue presentado bajo grandes elogios de Braulio Vázquez. El director deportivo del Real Valladolid calificaba al '25' blanquivioleta como un "cañón " y casi como la incorporación estrella que necesitaba el equipo en el último día de fichajes. Tal calificativo y los diferentes elogios hicieron de cada partido del jugador una prueba. Un examen constante que, en muchas ocasiones, el futbolista no aprobaba. Notaba la presión y la tensión. Sin embargo, su presencia en el campo generaba puntos al equipo ya que Tiba ha sido el jugador con mayor porcentaje de puntos en la temporada.

Casi punto y medio

Con el centrocampista cedido por el Sporting de Braga en el terreno de juego el Pucela ha obtenido 1,45 puntos. El dato más alto del curso y que choca con cifras más bajas en el centro del campo. Mientras Álvaro Rubio y Borja Fernández superan muy justos el punto por actuación, André Leão no llega al 1,30. Pequeño datos y estadísticas de la temporada que no aumentan el rendimiento de Tiba pero que disminuyen parte de esas críticas a un jugador que asumió su rol durante toda la temporada y que siempre que estuvo en el terreno de juego lo intentó. 
Es cierto que no siempre estuvo acertado en su juego pero, por lo menos, el futbolista portugués no se escondió en el césped. Durante los 1.674 minutos disputados, repartidos en 29 partidos, Tiba siempre se ofreció y viendo cómo ha funcionado la temporada del Real Valladolid, no es poco.

Éxito sin posición

Por insistencia del portugués no fue y por pruebas sobre el campo, tampoco. Nunca se supo para qué posición llegaba. Centrocampista o mediapunta, el luso compartió protagonismo. O creaba juego o daba el último pase. Sin una demarcación fija, ya que con Alberto López llegó a jugar en la banda derecha, Tiba realizó buenos partidos en todas las posiciones. Sin ir más lejos de sus botas y tras una brillante jugada individual llegó el gol de Juan Villar que certificó la salvación del equipo en el Estadio Manuel Martínez Valero. 
Como unión entre el centro del campo y el ataque, Tiba firmó una brillante actuación en el empate (2-2) ante el Club Deportivo Numancia en Los Pajaritos. Fue su debut como titular en el Real Valladolid y dejó grandes sensaciones. Pasado el tiempo, y ya con Miguel Ángel Portugal en el banquillo, el '25' formó el doble pivote que más estabilidad y resultados dio en la etapa del entrenador burgalés. Junto a Borja, en la que era la décima pareja de la temporada, las victorias ante la Unió Esportiva Llagostera (3-0) y, sobre todo, la obtenida (2-4) en el Nuevo Estadio Carlos Tartiere ante el Real Oviedo  elevaron la visión sobre Tiba ya que, entre otros elogios, fue premiado como mejor blanquivioleta del mes de marzo.
Ese futbolista señalado por no mostrar la calidad diferencial que tenía y sobre la que Braulio Vázquez entregaba gran parte de su éxito, creció y se ganó un respeto, aquél que que se merece el que ha firmado un gran porcentaje de los puntos del equipo.