Una fecha diferencial en la carrera de Luismi
Por favor, indica por qué quieres reportar este vídeo:
-
Su presentación: "¿Quién es, realmente, Luis Miguel Sánchez?"
-
Su fichaje: "Luismi Sánchez, el cuarto en llegar"
-
Cambio: "Braulio y Paco Herrera empiezan por los cimientos"
Hoy, cuando Luismi Sánchez, nuevo jugador del Real Valladolid, sea presentado en la sala de prensa del Nuevo Estadio José Zorrilla ante los medios de comunicación será preguntado, con casi toda seguridad, por aquel encontronazo que sufrió en 2012 en un partido contra el Real Jaén. Eran los instantes finales del encuentro y el andaluz se puso el mono de trabajo para liberar de trabajo defensivo a sus compañeros. El equipo jienense colgaba balones al área y los defensas hispalenses defendían con fuerza. El objetivo local se cumplió. Los tres puntos se quedaron en Sevilla pero con un precio muy alto. En la última jugada del partido, la que se puede ver en el vídeo, Nino Ibarra, delantero del Jaén, y el nuevo blanquivioleta chocaron, dejando muy mal parado al nuevo centrocampista de Paco Herrera.
Tras el pitido final y evacuado del estadio en ambulancia, el jerezano era ingresado por una fractura temporoparietal derecha (dos de los huesos del cráneo). La gravedad era alta pero el jugador respondió bien a las diversas operaciones que sufrió. Su situación llegó a ser grave pero el jugador peleó muy fuerte para salir de ella y cumplir el sueño de llegar a la primera plantilla del Sevilla FC.
Dolorosa recuperación
El miedo ante la operación era importante . Ésta no es una lesión muy común en el mundo del fútbol y el peligro era real. El Sevilla así lo transmitía. La situación del jugador era preocupante. Pese a que todo terminó saliendo bien, el peligro fue palpable. El jugador vivió momentos duros, ya no solo para su carrera profesional, sino, también, para su integridad. Su situación al entrar en la UCI de la clínica Sagrado Corazón fue peligrosa. Hasta pasadas las primeras horas no se eliminó el término "peligro" de su diagnóstico y no fue hasta el lunes cuando el parte médico aseguró que ya estaba fuera de peligro.
Los días en el hospital fueron duros, igual que su tiempo de recuperación. Inicialmente se aseguró que sería de dos meses. Finalmente, esta pelea se prolongó hasta casi los seis. La situación lo requería porque el peligro era alto. Tal era y es el miedo del jugador y de los médicos que, como el propio club blanquivioleta anunciaba en su comunicado de prensa, el jugador juega con una chichonera desde entonces, siendo ésta la marca de aquel encontronazo.
El recelo existe en la competición porque, pese a que compite con tal protección, durante los entrenamientos lo normal será ver cómo el nuevo centrocampista del Pucela no se diferencia del resto. La vida normal que ejerce tras aquella operación también se cumple en el día a día y encuentra un cambio de domingo en domingo.