El mercado se abre sin previsión de grandes movimientos en Zorrilla

La salida de Luismi Sánchez con destino Tarragona ha sido el primero movimiento del Real Valladolid en el mercado de fichajes de invierno. Durante las últimas semanas son varios los clubes que han anunciado incorporaciones y rescisiones, pero no es hasta el 1 de enero cuando oficialmente un jugador pasa a formar parte de otro equipo y, sobre todo, tiene vigente la licencia federativa para poder jugar.

 
El Pucela hizo un importante esfuerzo el pasado verano, con casi dos decenas de nuevos jugadores, que limita económicamente a la entidad en este enero de 2017. No se espera un fichaje tempranero como lo fue el de Jonathan Pereira en 2015. Un anuncio que sorprendió por tratarse de un día tan señalado como el de Año Nuevo.
El Real Valladolid tenía la necesidad imperiosa de incorporar a un delantero por la lesión de Roger Martí, que dejó en cuadro durante varias jornadas el ataque blanquivioleta. Pese a ofrecer dos partidos de nivel, Jonathan Pereira no se implicó lo suficiente en el proyecto y pasó sin pena ni gloria por el Club.

Villar, inicio del efecto dominó

Juan Villar es el nombre propio del mercado. Su situación cambia a partir de hoy, ya que puede empezar a negociar y a comprometerse de cara a la próxima temporada, algo peligroso para el Pucela. Tampoco se descarta su renovación, pero lo ideal hubiese sido hacerlo antes del cierre del año. Es posible que el jugador espere a ver las opciones de ascenso pucelanas y también la evolución y posibilidades de permanencia en Primera División de sus otros pretendientes.
Sin descartar la llegada de un futbolista de banda, a día de hoy, el Real Valladolid está más cerca de no incorporar a ningún futbolista en caso de que no haya más salidas que la de Luismi Sánchez. Es una cuestión económica y de efectivos. El club no tiene nada claro qué hacer con Dejan Drazic, y el serbio tampoco desea abandonar el club pese a su rol en el equipo.