Berrinche inicial
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Luis César: "Lo dimos todo; perdimos con honor"
Partido a partido. Ladrillo a ladrillo. Día a día. Entrenamiento a entrenamiento. Da igual el sistema que se utilice para expresarlo. El fútbol busca que se consiga un pequeño rendimiento y que, semana a semana, se vaya reforzando pero siempre con un objetivo a largo plazo. El Atlético de Madrid, tan unido a esta filosofía, siempre mirará a los puestos altos de la clasificación, aunque no consiga ganar a un equipo recién ascendido. De igual forma, y salvo caso llamativo, un conjunto filial, como el primer rival del Pucela de Luis César Sampedro, buscará la salvación en LaLiga 1|2|3. Los objetivos a largo plazo marcan la ambición de cada jornada y ésta era la lectura blanquivioleta para el primer duelo de la nueva temporada.
Recibiendo al Fútbol Club Barcelona B, los pucelanos buscaban insertar el primer ladrillo a su temporada. Esa ilusión de la pretemporada debía ser confirmada con tres puntos, con un buen juego y una importante comunión con el Nuevo Estadio José Zorrilla. Para esos exigentes objetivos, Luis César Sampedro sorprendía con algunos detalles de su once titular. Con Jordi Masip en el once titular, Antoñito Regal ocupaba el extremo derecho, por delante de Javi Moyano mientras que Ibán Salvador se convertía en el primer '9' del equipo. Esperando a reforzar la posición, el '24' disfrutaba de una gran oportunidad.
El autor del primer gol de la temporada 2017/2018 del Rea Valladolid elevaría las ilusiones por una remontada que no llegaría. El empuje pucelano de la segunda parte y los cambios ofensivos del cuerpo técnico no tuvieron el resultado esperado y los de Sampedro se vieron lastrados por dos jugadas concretas el primer acto. El marcado del descanso fue un berrinche imposible de superar por un equipo con alma, empuje e intención pero sin claridad en las ideas.
Pagado con su moneda
Durante esta pretemporada 2017, el Real Valladolid ha mostrado grandes detalles de su identidad. El juego exterior es uno de ellos y sobre él basaba el planteamiento en el duelo ante los de Gerard López. Con la banda derecha doblada por dos laterales y dándole libertado exterior a Nacho Martínez e interior a Jose Arnáiz, el Real Valladolid buscaba hacer daño por fuera. Lo conseguía pero sin pegada. Nacho llegaba al área de Varo y Antoñito intentaba hacer daño a la espalda de Juan Miranda. Las ideas quedaban claras; la ejecución, no.
Por el contrario, el Fútbol Club Barcelona B con un dominio inferior del balón conseguía ser directo e incisivo. Pagando al Real Valladolid con la moneda que los pucelanos querían imponer, 'Choco' Lozano adelantaba al filial culé en el minuto 28. Antes de la primera media hora de la temporada, Nacho Martínez era superado en las funciones que debía ejecutar. Una jugada profunda de Rodrigo Tarín acababa siendo remachada por el delantero hondureño. Primer duelo de la temporada y el Real Valladolid debía conseguir aquéllo que tanto le ha costado en el último lustro: remontar.
Si la situación tomaba un tinte complicado, 10 minutos después se ampliaba. En esta ocasión el '9' culé no anotaba pero asistía a Marc Cardona. El duelo se rompía y bajo ninguno de los intereses de un Pucela con ideas claras y predeterminadas pero con una ejecución tan débil como fuerte la de un Fútbol Club Barcelona B que supo armarse para defender los últimos minutos del primer acto y salir al contragolpe. En el duelo, el gol se rozaría. En una meta y en otra pero Pulido Santana no quiso esperar a la primera pitada del año.
Cambios y gol
El debut tornaba en tragedia y Luis César Sampedro tomaba cartas en el asunto en el intermedio. Javi Moyano y Antonio Cotán abandonaban el terreno de juego y Pablo Hervías y Luismi Sánchez tomaban protagonismo. Con ellos, el Real Vallaolid cambiaba y los locales se hacían protagonistas del duelo desde el inicio de los segundos 45 minutos. Verticalidad, profundidad y fuerza. El Pucela era superior e Ibán Salvador lo confirmó. El atacante catalán tuvo premio a su insistencia y recotaba distancias en el minuto 512. El tanto empujaba al Pucela hasta vivir varios minutos en las cercanías del área culé.
Ibán, Jose Arnáiz o Nacho se enfrentaban en acciones individuales con Alberto Varo. No salían victoriosos pero mostraban el cambio de guión de un estreno que parecía marcado para la tragedia pero que antes de llegar a la hora de juego ya tenía nuevas esperanzas para los jugadores pucelanos. El descanso y la doble sustitución habían mutado a un Real Valladolid que, ahora sí, encontraba los metros finales parra oler el miedo en el rival.
¡Balones a Hervías!
Antes de que la entrada de Jaime Mata a falta de poco menos de 20 minutos cerrar las opciones de cambios en el Real Valladolid, el duelo ya había demostrado que Pablo Hervías era el hombre del partido. Si la remontada era posible y la ambición blanquivioleta podía medirse con las dimensiones de la pretemporada, el Pucela debía inclinar el duelo hacía el costado diestro. En él estaban las opciones de ver un resultado totalmente diferente al que sentaba como un jarro de agua fría tras el primer tiempo.
Lo dos goles culés fueron un lastre muy elevado para un conjunto en construcción, con carencias y limitaciones en determinadas posiciones pero al que no se le puede exigir más entrega, coraje, lucha e intención. Esos atributos tan manidos y solicitados siempre en el fútbol ganan muchos menos puntos de los esperados. El fútbol es el que manda y éste deja la primera derrota en la temporada blanquivioleta. El primer sonrojo. El primer berrinche La primera pitada. El primer enfado. La primera decepción.