Mata no evita el carbón

Y por fin se jugó el partido entre el Real Valladolid y el Club Atlético Osasuna. Después de todo lo vivido en la tarde del sábado, el colegiado manchego Isidro Díaz de Mera Escuderos daba luz verde al inicio del partido entre pucelanos y rojillos en un encuentro marcado por la polémica y el enfrentamiento, en declaraciones, entre dirigentes de un club y de otro. Con todo, y 20 horas después del que debería haber sido el inicio real del partido, el balón rodaba sobre el césped de El Sadar. Lo hacía en un tapete debilitado pero mucho mejor de lo que se podía esperar horas antes, y más tras las declaraciones de Miguel Ángel Gómez.

 
Sea en un césped u otro, este Real Valladolid se sustenta en su delantero, y en Pamplona no fue menos. Jaime Mata sigue estando tocado por una varita y el delantero madrileño supo corregir y minimizar todos los errores del Pucela en el primer tiempo. Mostrando aún muchos de los fallos del 2017, los blanquivioleta conseguían adelantarse en el marcador y generar una importante ilusión por la victoria.
La ilusión era alta, el doblete del '9' podía ser determinante, pero la segunda parte mostró un nuevo Real Valladolid. Un incomprensible y contraproducente vaivén. La versión contragolpeadora de los pucelanos no tuvo éxito y, tras la remontada local, los de Luis César Sampedro no supieron reaccionar. La buena imagen blanquivioleta en los últimos 25 minutos de la primera parte valía puntos pero la poca respuesta en los últimos 20 minutos del partido condena a los pucelanos a carbón en el primer partido del año. Un lastre en un partido extraño en juego, circunstancias y ejecución.

Tardío pero seguro inicio

Todas esas inclemencias que marcaron el inicio del partido parecieron condicionar mucho más al Real Valladolid que el equipo local. El Pucela estaba más coaccionado porque le costó entrar en el partido. Marcado por los mismos errores de 2017, los de Luis César Sampedro pisaron área primero pero, a su vez, encajaron rápido. A los cinco minutos de partido, el Real Valladolid ya perdía. Una acción directa de Fran Mérida, muy mal defendida por el Pucela, dejó solo a David Rodríguez ante Jordi Masip.
El veterano delantero no perdonó e hizo el primer tanto del partido. Bien pronto al Pucela le tocaba remar y, como era de esperar, le costó hacerlo. El tanto sentó muy bien a los de Diego Martínez y el encuentro se convertía en un duro peregrinaje para los pucelanos que debían tomarse un tiempo e ir avanzando en el partido sobre la figura de Jaime Mata.
Se acaban los calificativos para el '9'. Liderando al Real Valladolid desde el primer minuto, el equipo visitante comenzaba a entrar en el partido pasado el cuarto de hora. Ya había superado el mazazo y conseguía ser vertical. Con Pablo Hervías, Óscar Plano y Anuar Tuhami cayendo a los costados, el delantero madrileño hacía el empate. Con polémica pero con acierto del colegiado, Mata empató el partido para generar otra versión del mismo.

¿Gol psicológico?

Ese nuevo encuentro tendría como gran protagonista al Real Valladolid. Con el empate en el marcador de El Sadar, los pucelanos fueron los grandes dominadores del partido. En juego, ocasiones y sensaciones. Había sólo un equipo en el terreno de juego pero éste no conseguía demostrarlo sobre el marcador hasta la última jugada del primer acto. Una falta bien lanzada por Borja Fernández y, magníficamente, cedida por Kiko Olivas terminó en el segundo tanto del Real Valladolid y en un nuevo doblete del delantero pucelano.

Su decimoctavo gol de la temporada coincidía con el final del primer acto y un gol que podía ser psicológico para ambos conjuntos. 45 minutos con dos versiones del Real Valladolid pero una primera parte en la que el buen momento de Jaime Mata volvía a potenciar la versión dubitativa y de fallos defensivos que tanto ha estado definiendo al proyecto de Luis César Sampedro. El equipo quiere cambiar muchos de sus matices y pese al buen final de primera parte y la evolución blanquivioleta en ella, el Real Valladolid sigue teniendo un amplio margen de mejora. Pese a Jaime Mata, y ya es decir.

Un final de 20 minutos

Ese segundo gol de Jaime Mata no generó un mazazo psicológico en el equipo local y, tampoco, daría alas a los pucelanos. El encuentro no será decisivo para el juego pero sí para la idea de ambos. Ir ganando el partido le daría a los blanquivioleta la opción de retrasar líneas y buscar el contragolpe. La idea era similar a la del último duelo. Luis César Sampedro entendía que serían dominados pero en su mano estaba que éste fuera una inferioridad sin mucho peligro. El objetivo se conseguía durante 25 minutos pero todo saltó por los aires tras un inocente penalti realizado por Antoñito Regal.
El empate de Fran Mérida a falta de 20 minutos abría un nuevo partido y final que David Rodríguez quiso romper muy pronto. Dos minutos después del empate, Club Atlético Osasuna dio la vuelta al partido y el encuentro tomó un nuevo tinte. Esa nueva versión obligaría a un Real Valladolid fuerte y contundente, pero como en la primera parte, los blanquivioleta no supieron digerir los goles.
De nuevo por detrás en el marcador, y pese a las variaciones tácticas del cuerpo técnico, el tiempo pasaba muy rápido sin encontrar una fuerte reacción del Pucela. Con el empate de Fran Mérida y el doblete de David Rodríguez, el último tanto del partido no fue el del empate pucelano sino el cuarto local, la sentencia para un partido de altibajos de un Real Valladolid que no ha variado un ápice sobre el 2017. Recibe carbón para iniciar 2018, pese a la insistencia de Jaime Mata por no recibirlo.