Zorrilla se abona al sufrimiento y la épica
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Con mucha emoción y en los minutos finales, como en el derbi ante la Cultural y Deportiva Leonesa, el Real Valladolid logró derrotar al líder, que cayó tras cinco triunfos consecutivos. Los oscenses fueron capaces de igualar un 2-0 en la segunda mitad con un hombre menos, pero Óscar Plano dejó los puntos en casa en los instantes finales para volver a impulsar al Pucela en la tabla.
A pesar de que la SD Huesca parecía que se iba a hacer con el dominio del esférico desde el inicio, en ningún momento daba la sensación de encontrarse cómoda sobre el terreno de juego del Nuevo Estadio José Zorrilla. Pablo Hervías y Giannis Gianniotas entraban por banda con facilidad y el marcador no tardaba en abrirse. Era Antoñito Regal, subsanando el error de Granada en el gol andaluz, el que dejaba atrás a su par y pisaba área para servir a Jaime Mata. El Pichichi no acertaba de primeras, pero la lentitud de la defensa oscense le daba una segunda oportunidad. Y no fallaba. El delantero ajustaba el balón al palo y materializaba el vigesimosegundo de la temporada.
El equipo de Joan Francesc Ferrer 'Rubi' parecía tocado, pero, en cuanto los pucelanos dejaron pensar a Gonzalo Melero, pronto empezarían a avisar los azulgrana. Alexander González y Chimy Ávila, de forma consecutiva, llevaban el peligro a la meta de un Jordi Masip que finalmente no tenía que intervenir. El portero catalán sí se veía obligado a meter una gran mano minutos más tarde en un disparo de David Ferreiro que estaba muy cerca de suponer el empate. El Huesca había perdonado. Todo lo contrario que el Pucela. Y, de nuevo, lo iba a aprovechar a la contra un Mata que suma y sigue. El ariete recibía el pase en largo y se plantaba en el área, algo escorado y perseguido por dos defensas que se temían lo peor. Y así era. El pichichi volvía a batir a Álex Remiro y ponía tierra de por medio para alegría de Zorrilla.
Herido en su orgullo, el conjunto visitante se lanzaba al ataque, pero antes del descanso, iba a recibir otro revés. Valentín Pizarro Gómez no pitaba una falta de Kiko Olivas sobre Chimy Ávila, que perdía los papeles. Sin balón de por medio, se revolvía y golpeaba a Fernando Calero, que exageraba y caía al césped. El linier tomaba nota y el árbitro no dudaba en expulsar al argentino.
Viejos errores, mismo final
El equipo aragonés no tiraba la toalla y volvía tras el intermedio con ganas de poner en complicaciones al Real Valladolid, que especulaba con el resultado a pesar de contar con un hombre más sobre el campo. Moi Gómez daba el primer aviso y Masip tenía que volver a intervenir en un gran cabezazo de Melero. A la siguiente, los de Rubi, impulsados por las sustituciones, no perdonaban. Un disparo lejano de Luso Delgado, sustituto del sancionado Juan Aguilera, tocaba en un contrario y despistaba al portero blanquivioleta. Pero la reacción del Huesca no se quedaba ahí. Una mano de Kiko Olivas en el área volvía a mostrar las reincidentes vergüenzas pucelanas y Melero se encargaba de igualar de penalti. Con uno menos, el líder se hacía gigante en Zorrilla.
Los locales se lanzaban al ataque en el tramo final en busca del gol del triunfo, pero los minutos pasaban y no conseguían inquietar en demasía al rival. Solo Óscar Plano llevaba el peligro. Primero, rozaba el tanto con un disparo cruzado a la media vuelta que despejaba Remiro, y más tarde llevaba el éxtasis a las gradas tras marcar con una buena definición a pase de un inconmensurable Jaime Mata. El líder no se rendía y aunque Jorge Pulido llevaba la inquietud a Zorrilla en la última jugada del duelo, su lanzamiento se marchaba alto y la grada respiraba aliviada para disfrutar de una victoria que se había complicado, y de qué manera, en el segundo acto y con la que el Pucela daba un golpe encima de la mesa.