El Real Valladolid se inmola en El Arcángel

Cuando más encarrilado lo tenía, cuando parecía que, por fin, iba a dar un golpe encima de la mesa y abordar la zona de play off, el Real Valladolid tiraba por la borda un posible 0-2 con un penalti fallado en la segunda mitad y daba alas a un Córdoba CF, que tras la expulsión de Luismi Sánchez en la jugada posterior, obraba la remontada en el Nuevo Estadio de El Arcángel.

 
El inicio del partido mostraba la acuciante necesidad del conjunto andaluz por hacerse con una victoria que le mantuviera con opciones de permanencia. El empuje local ponía en aprietos a los blanquivioleta, que lo pasaban realmente mal en los primeros minutos, sobre todo a balón parado, donde Kiko Olivas volvía a mostrar su peor cara. El central no lograba despejar un balón peinado hacia atrás y Aythami Artiles le ganaba la partida dentro del área. Por fortuna, Jordi Masip estaba lo suficientemente rápido como para tapar el remate a trompicones del canario, enviando la pelota a córner. Todo lo que no había estado acertado el central malagueño en esa jugada, lo estaba Fernando Calero, su pareja en el eje de la zaga, que con pausa y orden, apagaba dos fuegos casi consecutivos tras dos contras cordobesas.
Al Pucela no le duraba nada la pelota en su poder y Toni Martínez, sustituto del lesionado Jaime Mata, parecía una isla en el área rival. El ritmo visto en el inicio iba disminuyendo poco a poco conforme avanzaba la primera parte y el equipo de José Ramón Sandoval se valía única y exclusivamente de continuos contragolpes que suponían un calvario para el conjunto que vestía de carmesí. Solo Borja Fernández acertaba a cortar el peligro, librándose de una tarjeta amarilla que pedían con insistencia los jugadores contrarios.
Como en el primer periodo del encuentro de Granada, los de Luis César Sampedro apenas se asomaban a la meta defendida por Pawel Kieszek y cuando lo hacían se perdían entre la inocencia y la poca movilidad de sus hombres de ataque. Javi Ontiveros se veía obligado a bajar al centro del campo para recibir el esférico y eso ralentizaba la opción de crear peligro. Solo en los últimos minutos del primer acto los pucelanos se desperezaban en posiciones ofensivas. Antoñito Regal lo intentaba primero por banda derecha en una jugada que terminaba con un taconazo de Luismi para habilitar a Ontiveros, cuyo disparo desde la frontal se perdía cerca del palo. Iba a ser el malagueño el que cambiara el signo del partido, sirviendo una falta lateral provocada por Giannis Gianniotas al corazón del área pequeña. Ahí, Javi Moyano entraba con todo para alojar el balón en el fondo de las mallas justo antes de que Eduardo Prieto Iglesias decretara el tiempo de descanso. El Pucela se situaba por delante sin merecerlo y golpeaba en lo más profundo a un Córdoba que no daba crédito a lo sucedido.

De lo que pudo ser a lo que no fue

Los cambios eran los protagonistas en el inicio de la segunda mitad. Juanjo Narváez sustituía a Javier Noblejas y Chris Ramos hacía lo propio con un casi inédito Toni Martínez. Javi Galán rozaba el empate para los locales, pero iba a ser de nuevo Gianniotas el que provocara una jugada clave tras ser derribado claramente por Álex Quintanilla dentro del área. Sin embargo, Kieszek mantenía con vida a los suyos deteniendo la pena máxima al propio extremo griego, que ya falló una en el duelo copero de León.
El partido cambiaba de forma radical. Más si cabe con la contra blanquiverde que Luismi detenía bruscamente con una fea entrada sobre un José Manuel Fernández que se retiraba lesionado. También se marchaba el centrocampista blanquivioleta, pero expulsado en medio de una monumental tangana. Luis César recomponía el equipo dando entrada a Toño Cotán por Ontiveros, antes de encarar un tramo final que se convertía en un monólogo andaluz. Fruto de ello llegaba el tanto del empate. Sergi Guardiola se iba de Javi Moyano y ponía el cuero para que Sasa Jovanovic, de tacón, estableciera el empate para su equipo, que después de haberlo visto perdido, se veía espoleado, a lo que contribuía la entrada en el terreno de juego de José Antonio Reyes.
Chris Ramos tenía el gol en sus botas en un contragolpe, pero a tres minutos del tiempo añadido llegaba la remontada en un centro de Jovanovic que empujaba a placer Sergi Guardiola. Aunque Pablo Hervías rozaba la igualada a continuación en un lanzamiento directo de falta, el 2-1 era el merecido premio para quién más había buscado el triunfo y el justo castigo para un indolente Real Valladolid que tiraba por la borda, por enésima vez fuera de casa y cuando más asequible lo tenía, la opción de colarse entre los seis primeros.