Este Pucela quiere más
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Sergio González: "La ciudad ha respondido, así todo es más fácil"
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Jaime Mata, contento: "El público nos ha llevado en volandas"
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Así vivimos, en directo, el determinante duelo del José Zorrilla
Una de las mayores normas en el mundo del fútbol es que las finales no se juegan. Simplemente se ganan. Por ejemplo, y mirando a la final más reciente de Champions League, ya nadie recuerda en exceso la actuación de Lorius Karius. Pese a que el rendimiento del portero alemán fue determinante en el duelo, pasadas dos o tres semanas sólo se recuerda al ganador. En esta caso el Real Madrid. Las finales no recuerdan a nadie más, sólo al ganador y el Real Valladolid debía aplicárselo en la visita de Club Atlético Osasuna.
Con esta lección bien aprendida, Sergio González y los suyos saltaron a un lleno Nuevo Estadio José Zorrrilla concienciados de ganar dentro de un partido "maduro", como tanto repite e míster. Ni jugar bien ni ser mejor que el rival. En un partido igualado y de grandes errores, aprovechar los del rival y no conceder muchos en tu área es determinante. El Pucela lo sabía y salió convencido a ello con su once base desde la llegada del entrenador catalán. Recuperando a Nacho Martínez en el carril del '3', Sergio quería repetir su base para conseguir la ansiada plaza de play off.
La meta estaba muy clara y los pucelanos la consiguieron tras un partido de errores en el que el Real Valladolid sí supo aprovechar las concesiones del rival mientras que el Club Atlético Osasuna no sacó provecho a la sensación de peligro. Así, con la falta concedida por Fran Mérida y el penalti de Lillo, el Real Valladolid confirma el play off de ascenso para enfrentarse al Real Sporting de Gijón.
El plus del balón parado
El fútbol es un deporte de errores y más a estas alturas de la temporada. Cuestión de no fallar y tanto Real Valladolid como club Atlético Osasuna lo sabían. Así, los de Sergio y los de Diego Martínez no se ofrecían en exceso en tareas ofensivas. El partido era cuestión de no encajar y saber aprovechar la oportunidad que el partido pudiera dar. Con esta premisa el balón parado tomaría mucho protagonismo. Era así de la única forma en la que Jordi Masip y Manu Herrera vieron peligrar su marco.
El partido tenía, en su primer acto, muchas imprecisiones, poca calidad en el juego y nulas ocasiones. El encuentro no dejaba grandes esperanzas ni miedos. Solamente acciones de estrategia parecían poder cambiar el duelo y, en este contexto, Fran Mérida cayó en la trampa. Una conducción de Toni Villa pasada la media hora de juego dejaba una opción franca de disparo para Pablo Hervías.
El riojano, convencido y seguro, no fallaba. Su lanzamiento, magnifico en la técnica y fuerza, se alojaba en la meta de Manu Herrera para romper las diferencias y los miedos. EL Real Valladolid se adelantaba en el marcador para vivir los mejores minutos del partido. Seguro en el juego y con el colchón de tanto, los jugadores de Sergio olieron sangre rojilla y fueron a por ella pero Iñaki Bikandi Garrido, antes de ese segundo gol, dictaba el final de la primera parte sin añadir un solo minuto.
Toni no sentencia
El primer tiempo dejaba la sensación de que el Real Valladolid era superior al rival y con esa misma situación arrancaría la segunda parte. En los primeros cinco minutos del segundo acto, el dominio y el balón fueron del Pucela. La 'sentencia' del segundo gol rondó el Nuevo Estado José Zorrilla en una magnífica conducción de Toni Villa. El '19' peleó y soportó faltas para llegar al área. Convencido del gol, el murciano no aprovechó las opciones de disparo y terminó siendo derribado.
El segundo gol se llegó a visualizar en Pucela pero no se produjo y, con él, se firmaron los mejores minutos del Club Atlético Osasuna. Ganando el juego entre líneas, los navarros comenzaron a incordiar la meta de Jordi Masip pero sin generar excesivo peligro. Creaban una sensación de peligro muy angustiosa par la parroquia de 22.000 pucelanos congregados en el José Zorrilla.
Lillo rompe el partido
En los mejores minutos del rival, el Real Valladolid supo sacar provecho al segundo error del rival. Lillo, lateral navarro, veía dos amonestaciones en apenas tres minutos, siendo la segunda de ellas en una acción de penalti que Jaime Mata transformaba. Era el minuto 61 y el duelo se ponía muy de cara para los pucelanos. El guión deseado cumplía todos los puntos necesarios para la última media hora de juego.
Esa ambición blanquivioleta pudo crear el tercer gol pucelano. Óscar Plano y Jaime Mata tuvieron la sentencia absoluta en las botas pero el partido, y la jornada, iban a exigir tensión, miedo e incertidumbre. Las temporadas se deciden en las últimas jornadas y si está el Real Valladolid en ellas, en el último segundo. Por merecimiento y tras el gran cambio del Pucela en los últimos 50 días, el play off es una realidad y el Pucela disputará este jueves el primer encuentro de la promoción ante el Real Sporting de Gijón. El objeitvo se ha alcanzado gracias al sueño de Sergio González y no queda otra: el show debe continuar o, como dice el lema de play off, "queremos más".