Un amargo sueño
Es complicado decidir qué temporada ha sido más dura para Isaac Becerra dentro de las dos que, por el momento, ha firmado en el Nuevo Estadio José Zorrilla. El portero catalán llegó a Valladolid en el verano de 2016 tras comprometerse con la entidad pucelana para tres años. Cumplidos ya dos, nadie, ni él mismo posiblemente, podría decidir cuál ha sido más complicada y amarga.
Obviamente, entre una y otro hay dos grandes diferencias, pero entre lo jugado en una y lo ganado en otra está la cuestión de un futbolista que cuando menos se esperaba de él, ha confirmado que es tremendamente profesional. Lo fue y lo confirmó hasta el punto de ganarse el premio de ver ascender al Real Valladolid desde el césped.
Esos tres minutos en el duelo final (1-1) ante el Club Deportivo Numancia, Sergio González premió al jugador. Quiso que, tras su actitud en el tramo final de temporada, pudiera vivir sobre el terreno de juego su primer ascenso a la élite del fútbol español. El '13' blanquivioleta, tras seis años en LaLiga 1|2|3, ha vivido su salto a LaLiga Santander en una campaña con sólo 364 minutos de más de 4.100.
Esa pequeña aportación no le reporta gran peso exterior en el ascenso, pero, interiormente, nadie duda del apoyo y trabajo de un Becerra que se transformó desde el cambio de entrenador. Cuando nadie lo 'esperaba', él respondió.
Un cambio de actitud
Una discusión con Luis César Sampedro a comienzo de temporada marcó a un jugador que terminó ganándose al entorno blanquivioleta tras una actitud inmejorable en el momento decisivo del curso. Su trabajo en la sombra y el apoyo a Jordi Masip confirman la grandeza de un guardameta no acostumbrado a un rol como el que ha defendido estos meses. Así es imposible poder calificar la temporada de un portero que no compite, de forma completa, desde el 28 de noviembre.